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Reportaje:

La fórmula 1 busca un líder

El dominio de Schumacher y el de Alonso han pasado a la historia y el de Hamilton se debe a los errores de Ferrari

El Campeonato del Mundo de fórmula 1 parece haberse vuelto loco. Antes de disputarse esta mañana el Gran Premio de Japón, su antepenúltima cita, el británico Lewis Hamilton (McLaren Mercedes) lo dominaba con siete puntos de ventaja sobre el brasileño Felipe Massa (Ferrari) y 20 sobre el polaco Robert Kubica (BMW Sauber).

Hamilton afrontaba la carrera del monte Fuji, donde ganó en 2007 bajo un diluvio, con las expectativas muy altas tras lograr ayer su 12ª pole position de la temporada y ver a Massa, su gran rival para el título, relegado a la quinta posición. La mentalidad del británico es completamente distinta a la del año pasado, cuando perdió la corona en la última prueba a pesar de tener una ventaja de siete puntos sobre el finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari), el vencedor final y que hoy saldrá segundo, y de cuatro sobre Fernando Alonso (McLaren entonces). Así, pues, se trata de un Mundial descabezado, con siete pilotos ganadores, sin un líder bien definido, sin un gran dominador como había ocurrido entre 2000 y 2006, cuando el alemán Michael Schumacher (Ferrari) y Fernando Alonso (Renault), cuarto en la crono de ayer, controlaron los campeonatos de forma bastante avasalladora.

El 'circo' necesita un piloto con carisma que asuma el protagonismo
El español está ahora mediatizado por un coche sin posibilidades

Aquellos tiempos y los del brasileño Ayrton Senna han pasado a la historia. Ahora, el Mundial busca a su nuevo líder, un piloto con carisma, capaz de enfundarse el protagonismo sin que le tiemble el pulso. Schumacher desapareció del circuito al final de 2006, después de comprobar por dos veces como un español salido casi de la nada le arrebataba dos títulos consecutivos, el último luchando directamente contra él y el potencial de Maranello con un simple Renault.

Alonso, el único piloto del paddock con más de un título mundial en la actualidad y probablemente el más carismático, está ahora engullido por el pelotón con un coche que no le da prácticamente posibilidades de ganar carreras y ni siquiera de luchar por el podio, buscando situaciones límite como la de Singapur en las que poder demostrar que sigue siendo el mejor al volante.

Mientras tanto, Hamilton ha tomado el relevo más como consecuencia de los desastres que se han producido en Ferrari que de sus propios aciertos. A estas alturas, su calidad de conducción no la discute nadie. Pero es evidente que no es un líder sólido. Tal vez lo será en el futuro porque está demostrando una madurez muy superior a la que le faltó en 2007, cuando perdió el control de su coche en China al entrar en los boxes y se quedó atrapado en el arcén el primer día que podía decidir el título y cuando luego se enmarañó en una lucha inútil contra Alonso en Brasil que le hizo perder todas sus opciones. "Me resulta difícil reprimir unos instintos en los que he trabajado desde los ocho años. Pero creo que lo estoy consiguiendo. Ahora pienso más en el campeonato que en cada carrera. Lo hice en Singapur y gracias a eso ahora tengo una renta que debo administrar en las últimas tres carreras", dijo Hamilton.

Sin embargo, no hay nadie en el paddock que dé el título por decidido. Todos saben que más que los errores de sus pilotos, que también los hubo y muchos, lo que ha minimizado a Ferrari han sido las equivocaciones del propio equipo. Massa ha perdido 20 puntos entre los despropósitos de su grupo en el pit-lane y los problemas mecánicos. Y Raikkonen, 11. Éste, antes de Japón, llevaba cuatro carreras sin puntuar. Y Massa había sumado tres puntos en las dos últimas. Sin embargo, con los diez puntos que le ha hecho perder su equipo -los últimos, en Singapur, cuando salió con la luz verde de su taller, pero arrancó la manguera- sería líder. Y sin ninguna rotura de motor su liderato sería ya destacado.

Ferrari ha demostrado que tiene más potencial que McLaren -a pesar de que ayer Raikkonen fue segundo y Massa quinto-, pero no lo ha plasmado hasta ahora. Ése es precisamente su objetivo en los grandes premios que faltan. "Hay que lograr tres dobletes", proclamaba Luca de Montezemolo, su presidente. Y los tres con Massa ganando: única opción que les queda para adjudicarse el título. Si Hamilton se les cuela, el título será suyo. Aunque en estos momentos el británico no es ni siquiera quien más carreras ha ganado: Massa lleva cinco por cuatro el de McLaren. Todo resulta demasiado errático, pero también interesante.

Lewis Hamilton, tras lograr la <i>pole</i> en Japón.
Lewis Hamilton, tras lograr la pole en Japón.REUTERS

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