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Reportaje:

La resurrección del líder

El trabajo psicológico de Emery, la nueva jerarquía del vestuario y la estabilidad institucional, claves del Valencia

Salvo media hora brillante frente al Deportivo, en Mestalla, el Valencia ha recurrido a la sobriedad para sumar 16 puntos de 18, cinco victorias y un empate, 13 goles a favor y cuatro en contra. Una heroicidad después de que el mismo equipo, menos Renan y Pablo Hernández, se asomara al abismo de Segunda en la pasada campaña. La clave de este Valencia la dio José Luis Mendilibar, el técnico del Valladolid, su última víctima, tras la visita del líder a Pucela (0-1): "El Valencia no tiene ninguna prisa en ganar. Se encuentra cómodo con el 0-0". De manera que, cuando el rival cree tener controlado el partido, el Valencia le sorprende. El cuadro de Unai Emery ha marcado nueve de sus 13 goles en la segunda parte, casi un 70%. Señal de que cultiva la paciencia y de que sabe dosificarse además de practicar las emboscadas: es el segundo que más faltas comete (117), tras el Athletic (128). La calidad estaba ahí, como se vio en la Copa del Rey, conquistada frente al Getafe, pero entre el anterior dueño, Juan Soler, y su entrenador, Ronald Koeman, habían dinamitado un vestuario que ahora Emery recompone pieza a pieza.

- Doctor Emery. Lector de libros de psicología deportiva, Emery se pasa la vida animando a sus jugadores. Les habla de respeto, compromiso y humildad. Y predica con el ejemplo al reconocerles que él, que es el técnico más joven de Primera con 37 años, está aquí para aprender. Emery cierra las heridas que abrió Koeman, que dividió el vestuario al apartar a Albelda, Cañizares y Angulo sin explicaciones. Los resultados han sido espectaculares. Casi milagrosos en lo que respecta a Manuel Fernandes y Del Horno, que parecían irrecuperables.

- El marrón. Emery alineó a diez reservas ante el Marítimo en la Copa de la UEFA. Arriesgó la eliminatoria. Quería quedar bien con todos sus jugadores. Menos con uno. Al portero internacional Hildebrand ni siquiera lo cita a pesar de que el segundo guardameta es un chico de la casa, Guaita, y de que el alemán fue el titular en la Supercopa de España. Conclusión: Emery no le quiere de segundo porque cree que puede emponzoñar el ambiente y, al excluirlo, le invita a que se marche en diciembre.

- Solidez. El portero Renan y los defensas Alexis y Miguel han disputado todos los minutos. El Valencia ha recibido sólo cuatro goles gracias a la serenidad de Renan (en contraste con Hildebrand) y a la eficacia de sus dos centrales, Albiol y Alexis. Emery no ha echado de menos a Marchena, lesionado hasta la semana pasada, porque incluso Helguera cumplió en el turno de Valladolid.

- Capitanía. Pasaban las semanas y Emery no sabía cómo resolver un viejo conflicto, el de la capitanía. Enfrentados Albelda y Baraja desde que Koeman prescindió del primero para que el segundo asumiera el brazalete, la paz llegó cuando se celebró una votación en el vestuario y los elegidos fueron Marchena, Albiol, Silva y Villa, savia fresca.

- Nueva vida para Albelda. Casi ocho meses a la sombra y un juicio contra el entonces presidente del club, Juan Soler, dejaron la imagen del pasado capitán muy deteriorada. La peña ultra Yomus, además, le declaró la guerra. Pero Albelda ha vuelto. Es el sexto jugador que más minutos acumula y su ascendente en el equipo es incuestionable. El hambre por volver a sentirse futbolista ha podido con los abucheos que todavía recibe de parte de la grada.

- Villa, en todas las salsas. Villa da las gracias al club cada día por doblarle el sueldo el pasado verano pese a la crisis económica. Eso significa un delantero efervescente. Es el que más goles lleva de Primera, seis, y el que más remata a portería, 13 veces, por delante de Messi (12) y Webó (10). Vive al límite: es el segundo que más cae en fuera de juego, tras Brit, del Numancia. Al lesionarse Silva, pudo sentirse solo hasta que ese espacio lo ocupó Mata, con quien ha formado una pareja imparable.

- La figura de Fernando. Pese a que llegó en el verano sin más apoyos que sus maniobras para convencer a Soler de que le vendiera las acciones, Vicente Soriano ha devuelto la estabilidad al club después de cuatro años autodestructivos. Tras retener a Villa y Silva, asegura ahora haber resuelto el futuro económico de la entidad con dos operaciones gigantescas: la venta del viejo Mestalla por 300 millones y la explotación del nuevo campo por otros 350. Nombró a un hombre del fútbol, el ex capitán Fernando Gómez, como vicepresidente. Y éste puso las cartas sobre la mesa cuando el agente de Joaquín fue a pedirle un aumento de sueldo. "Más que un aumento, Joaquín se merece una revisión a la baja", le contestó. El aumento para quien se lo gana en el campo.

Unai Emery, durante el partido contra el Valladolid.
Unai Emery, durante el partido contra el Valladolid.AFP

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