"Tengo que asumir que aquí en la NBA soy un novato"

Va suelto, sin el menor asomo de timidez o complejo. Lleva diez días en Portland, donde ya tiene casa, en el centro de la ciudad, a medio camino entre la cancha de entrenamiento y el Rose Garden, su pabellón. Entre ceja y ceja un sueño: triunfar en la NBA. A sus 23 años, tras un último año sobresaliente en el DKV Joventut y en la selección española, Rudy Fernández dice estar "excitado" ante su inminente estreno en la mejor Liga del mundo. Lo hará, además, en un partido de los que valen la pena, el 28 de octubre, en la pista de los Lakers, enfrentándose a su amigo Pau Gasol. Mientras, tantea el terreno.

Sus nuevos compañeros, su nuevo entrenador, sus posibilidades, su nueva ciudad. Por ahora todo le va de cara. Fue recibido con todos los honores y en algunos foros continúa siendo comparado con Manu Ginobili, la estrella argentina de los Spurs que se ha convertido en uno de los jugadores más cotizados de la NBA. "Es un orgullo que me comparen con él porque es un grandísimo jugador. Es cierto, puede ser que nos parezcamos en algunas aspectos de nuestro juego aunque Manu es Manu y Rudy es Rudy. Eso sí, firmaría ser el mejor sexto hombre de la Liga como él". El alero español cuenta, vía telefónica, poco antes de emprender la segunda sesión de entrenamiento del día, su incipiente adaptación al planeta NBA. Le ayuda sobremanera la compañía de su madre durante estas primeras semanas, al igual que la de sus dos amigos y representantes, y sigue de cerca el inminente inicio de la ACB y las giras de los equipos NBA que llevarán al Barça a Los Ángeles el día 18 y a los Hornets y a los Wizards a Barcelona un día antes.

"Es un orgullo que me comparen con Ginóbili. Firmaría ser el sexto hombre de la Liga"

"Lo que más me gusta de su juego es que siempre va a fondo", dice McMillan

Uno de los puntos clave para Rudy es el idioma. Lo habla con relativa soltura. Se desenvuelve bien en una conferencia de prensa como la del día de su presentación. Pero a veces, cuando sus compañeros peroran a toda pastilla durante los entrenamientos, tiene que ser ayudado por su entrenador Nate McMillan. Un hueso, dicen. Bien que lo sabe su compañero de equipo, el también español Sergio Rodríguez, que emprende su tercera temporada en los Blazers y que apenas ha dispuesto de minutos de juego. Por ahora, las sesiones de gimnasio no son nada del otro mundo. "Se hace una tabla de ejercicios pero eso sí, a través de unas etiquetas se lleva la cuenta de cuantas llevas", explica. "En la pista sí que hay diferencia. Los primeros entrenamientos de un equipo ACB sueles correr de una forma más suave. Aquí, desde el primer día, se corre y se juega a tope".

Puestos a ir a tope, lo mejor es marcar el territorio. El mate que hizo en las mismísimas narices de Dwight Howard en la final olímpica es muy comentado en Estados Unidos. "La primera jugada que hice durante el primer partidillo de entrenamiento fue un alley oop tras un pase de Sergio", dice como quien no quiere la cosa. En esos partidos está emparejándose normalmente con una de las grandes figuras del equipo, Brandon Roy. "Es muy pronto decir en qué posición estaré o cómo voy a jugar. A veces Brandon también juega de base y en algunos momentos también lo hago yo. Pero él está jugando muy bien". De partida, la prensa estadounidense apuesta por Steve Blake y Brandon Roy como titulares en los puestos de base y escolta, mientras que Rudy partiría como reserva de Roy. "Todavía no he tenido una charla con McMillan sobre lo que espera de mí. Es duro pero no habrá problema con él. Es un gran entrenador. A veces bromeamos sobre la final olímpica y sobre los pasos que no les pitaron a los americanos".

Rudy es optimista, muy seguro de lo que puede reportarle su calidad como jugador. Pero al mismo tiempo mantiene un tremendo respeto por la NBA y las exigencias de su equipo. "Por ahora, todo va fenomenal. Es muy importante contar con el apoyo de Sergio. Gracias a él me he adaptado rápido al grupo y ya hemos hecho alguna barbacoa con todos los jugadores, y todos los entrenadores me están ayudando mucho. No me puedo quejar". La cuestión es los minutos de los que dispondrá sobre la cancha, algo vital para todo aquél que llega por primera vez a un campeonato tan exigente. Los elogios de McMillan, su entrenador, son halagadores. La mentalidad de Rudy, también. "Como decía Van Gaal, siempre positivo, nunca negativo". Se equivoca, era al revés lo que decía el antiguo entrenador del Barcelona. "Lo que más me gusta de su juego es el hecho de que siempre va a fondo, del primer al último minuto". Eso lo dice de Rudy el entrenador de los Blazers. "Posee una gran energía en defensa, y todavía es mejor cuando busca el cuerpo a cuerpo en ataque. Siempre va al rebote ofensivo y a las pelotas perdidas y puede darle posesiones a su equipo. Será muy valioso".

"Sí", responde Rudy, "sé que McMillan ha hablado muy bien sobre mí pero por ahora no me ha dicho nada sobre los minutos que piensa darme. Espero poder tener minutos y ayudar al equipo". El objetivo este año para los Blazers será meterse en los play offs. La pasada temporada se quedaron lejos con 41 victorias y otras tantas derrotas. Pero fue meritoria su temporada teniendo en cuenta que no pudieron contar con el número uno del draft, Greg Oden, lesionado. "El equipo es joven pero hay futuro y podemos conseguir el reto. Necesitamos empezar bien para lograr una dinámica positiva", augura el escolta español. Por el momento no le han gastado ninguna novatada pero asume que llegará. "No soy un rookie al uso porque mis compañeros ya saben que llego del baloncesto profesional, pero será gracioso y divertido. Hay que asumir que uno, aquí, es un novato". El próximo martes, el primer amistoso contra los Kings.

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