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Ripoll se niega a reprobar el insulto de Fabra a Colomer

Al final, la culpa es del mensajero, es decir, de los medios informativos, cuyos micrófonos recogen manifestaciones de los políticos que no son públicas. Al presidente de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll, del PP, le molestó ayer especialmente la moción presentada por el grupo socialista en la que pedía reprobar la actitud de su homólogo en Castellón, Carlos Fabra, por insultar al portavoz socialista, Francesc Colomer, al que llamó "hijo de puta" al final del pleno del 29 de julio. La iniciativa también pedía una condena al "uso del insulto, la intimidación y el lenguaje soez en el debate político institucional". Ripoll calificó la moción de "impropia del pleno de la institución provincial" y dejó claro que "hay manifestaciones públicas y otras que no son públicas y que se recogen en los micrófonos de los medios de comunicación". El comentario no quedó ahí y en su argumentación, el máximo responsable de la Diputación de Alicante recordó que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "también ha creado polémica alguna vez por lo que ha dicho en micrófonos abiertos".

Por ello, y mientras que el pasado mes de septiembre, el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, censuró el recurso al insulto en las instituciones (aunque tampoco reprobó a Fabra), en línea con las declaraciones de María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, ayer Ripoll llegó a pedir que se retirara la moción. Ante la negativa de los socialistas a retirar su propuesta, ésta fue rechazada con los 17 votos en contra del Partido Popular.

República bananera

Durante la sesión plenaria, la portavoz adjunta del PSPV-PSOE, María Teresa Carbonell, calificó el comportamiento de Carlos Fabra de "actitud caciquil, de aquel que se cree heredero del señorito de un cortijo; sólo digna de un déspota de una república bananera". La portavoz adjunta insistió en que los políticos deber ser "ejemplo de comportamiento, honradez, educación y dignidad" y defendió la moción como un intento de defender "a la institución", no a su compañero de partido político.

Tras el pleno, el grupo socialista consideró que la negativa del PP de la Diputación a aprobar la moción presentada es un gesto "cómplice por omisión" de las "malas maneras e insultos de Fabra a la oposición en la Diputación castellonense".

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