La militar de Granada murió por asfixia, según la autopsia
Su pareja, que se suicidó, estaba de baja por depresión
La muerte de la militar de 34 años cuyo cadáver fue hallado el miércoles en su domicilio del barrio granadino de la Chana ha sido el primer caso de violencia de género en la provincia, según informó ayer el subdelegado del Gobierno, Antonio Cruz. El subdelegado confirmó así las primeras hipótesis y condenó los hechos "sin paliativos".
El fallecimiento de la mujer, que se produjo en la noche del martes al miércoles, no fue el único del suceso. Su compañero, cabo primero de la Unidad Militar de Emergencias (UME), natural de Madrid y de baja durante los últimos tres meses por depresión, se quitó la vida al arrojarse al vacío desde el puente de Dúrcal tras matar supuestamente a su compañera.
Aunque en un principio se apuntó la posibilidad de que la víctima hubiera presentado denuncias contra su compañero por malos tratos, la investigación lo descarta, según informó la Policía. La autopsia realizada a ambos cadáveres en el Instituto Anatómico Forense confirmó que la muerte de la joven se produjo por asfixia. Su cuerpo fue hallado en extrañas circunstancias: vestido y esposado a la cama del dormitorio. Los resultados preliminares del examen son compatibles con una muerte violenta provocada por asfixia.
En el domicilio que compartían ambos, situado en la calle Doctor García Castro, los agentes hallaron varias botellas de alcohol lo que parece indicar que el hombre, de 35 años, habría bebido antes de suicidarse, según apuntan fuentes de la investigación. Puesto que ésta contempla que la muerte se produjo por la noche, el varón debió permanecer en el domicilio de ambos un tiempo prolongado. Allí, según la información facilitada, intentó sin éxito quitarse la vida cortándose las venas, a tenor de las marcas halladas en su cuerpo.
El ayuntamiento de la localidad granadina de Cádiar, de donde era natural la mujer, decretó ayer dos días de luto en un pleno extraordinario para condenar los hechos. Hoy tendrá lugar el entierro de la víctima en su localidad natal, en la Alpujarra, al que está previsto que acudan representantes militares, ya que la joven trabajaba en la Agrupación de Apoyo Logístico 22 del Acuartelamiento Cervantes.
Distintas instituciones en la capital -diputación, ayuntamiento y universidad-, condenaron ayer lo ocurrido en un acto de protesta. Vecinos de la pareja se concentraron también en el barrio por la mañana para lamentar lo ocurrido y condenar la muerte de la mujer.
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