Los valores financieros tiran del mercado

La posibilidad de que el plan de rescate del sector financiero de Estados Unidos sea finalmente aprobado, aunque con algunos retoques, ha tenido un efecto beneficioso para los mercados de valores, aunque desigualmente repartido.

El Ibex 35 se anotó uno de los mejores resultados al ganar el 1,77% y quedarse muy cerca de los 11.200 puntos, mientras que París ganaba el 0,56%, Francfort perdía el 0,42% y Londres se anotaba una subida del 1,17%.

En esta ocasión, cada mercado ha valorado al 50% la situación externa y la interna, con alivio y ganancias la primera, y con serios problemas la segunda, como fue el caso de la Bolsa alemana, en la que la situación política ha pasado factura.

En el mercado de valores español los grandes beneficiarios de esta última sesión han sido los bancos, a los que parece favorecer la comparación con cualquier otro sistema financiero, y a pesar de que desde la oposición se afirme que la seguridad de los bancos y cajas de ahorros españoles es "relativa" debido a la morosidad.

Para muchos inversores, la solución a la crisis de liquidez del sector financiero arregla sólo una parte del problema y ahora hay que buscar cómo salir de la crisis económica, que se agudiza día a día. En Estados Unidos se publicó ayer el índice de actividad del sector manufacturero de septiembre, que cayó 6,4 puntos y apunta hacia un enfriamiento serio de la actividad, sin duda afectada por los problemas para conseguir financiación.

El descenso de este índice se apuntaba como una de las razones por las que la Bolsa de Nueva York mantenía discretos retrocesos a media sesión, aunque las dudas sobre la efectividad del plan de rescate todavía suman muchos puntos negativos en el ánimo de los inversores de todo el mundo.

La contratación en el Mercado Continuo descendió hasta los 4.186,80 millones de euros, al tiempo que las operaciones del "mercado abierto" sumaban 3.228,15 millones, 500 millones menos que el día anterior. Estos datos indican que las subidas se han realizado sin demasiado apoyo y que, por tanto, hay que "dejarlas en cuarentena" hasta ver, cuando menos, en qué termina el plan de rescate.