El desconcierto se impone en todos los frentes

El rechazo "ideológico" al plan de rescate del sistema financiero de Estados Unidos ha levantado ampollas entre los inversores de medio mundo, que consideran que sin esa socialización de pérdidas la crisis puede no resolverse por sí sola.

No obstante, la posibilidad de que haya algún tipo de arreglo de última hora, ha permitido a los mercados de valores europeos cerrar esta sesión en positivo, aunque todavía con demasiadas dudas sobre el futuro.

El Ibex 35 terminaba esta jornada con un avance del 0,38%, tras abrir con una caída del 2,50% y llegar a subir el 0,98% poco antes del cierre.

El ambiente en la Bolsa española es más de perplejidad que de confianza, incluso sabiendo que este sistema financiero dispone de suficientes mecanismos de seguridad que garantizan su solvencia. Los inversores no consiguen aislarse de la dinámica del conjunto de los mercados, muy posiblemente porque las operaciones para obtener liquidez a toda prisa anunciadas por algunas entidades con problemas afectan a los valores españoles tanto como al resto. Aun así, en esta sesión se ha podido apreciar una menor presión vendedora que, además, ha estado aliviada por la actividad de la inversión a corto, bastante activa desde el momento en que se constató que las cosas no venían igual que el día anterior.

Aunque éste no era el mejor día para hacer cuentas, ayer se cerraban el mes y el trimestre, ambos con resultados muy negativos. En septiembre el Ibex 35 ha perdido el 6,15% y en el tercer trimestre se ha depreciado el 8,79%. Este último dato provocó algunos comentarios irónicos entre los habituales, pues "parece que se frena la caída" al ser el descenso del tercer trimestre menor que el del segundo y éste menor que el del primero. En el conjunto del año el Ibex 35 cae el 27,63%.

El resto de las cuestiones que podían afectar al mercado se mantuvo casi invariable, aunque el euro llegó a registrar en algunos momentos la mayor caída de su historia frente al dólar. El precio del petróleo se recuperaba en parte de la caída del día anterior, aunque todavía sin superar los 100 dólares por barril, y las inyecciones de fondos por parte de los bancos centrales se mantenían a buen ritmo.