La policía requisa a ultras del Sevilla 42 bates de béisbol, bengalas cohetes y navajas
Las malas relaciones entre las aficiones del Sevilla y del Atlético vivieron ayer otro capítulo desagradable. A las 11.40 de la mañana, la Policía Nacional detuvo a 18 aficionados sevillistas cerca del Calderón, después de ser alertada de que unas 60 personas causaban desórdenes en las inmediaciones del estadio. El enfrentamiento con los agentes no ocasionó heridos, aunque se intervinieron 42 bates, tres bengalas, cuatro cohetes, dos armas blancas y un spray.
Es el segundo incidente en apenas dos días en el futbol español después de que, el sábado, los hinchas radicales del Barcelona lanzasen bengalas sobre los espanyolistas en las gradas de Montjuic. Desde el Sevilla afirmaron desconocer si los detenidos pertenecían a un grupo organizado. "Ni siquiera sabemos si han sido aficionados del equipo", reconocía en la tarde de ayer un portavoz del club. "No pedimos entradas al Atlético para este partido, ni hemos entregado ninguna a nuestra federación de peñas, que son quienes gestionan su reparto. Si estos hinchas se han desplazado a Madrid, habrá sido por su cuenta", sostuvo para descartar cualquier responsabilidad del Sevilla. Los detenidos, acusados de desórdenes públicos -uno de ellos, además, de agresión a un agente-, fueron retenidos por la Policía para tomarles declaración.
Los incidentes entre ambas aficiones se remontan al curso 2000/01, cuando Joaquín Caparros, entonces técnico del Sevilla, sugirió que el Atlético subiría a Primera "por cómo se mueve este mundo". En marzo de 2006 el lanzamiento de una botella de whisky, en el Calderón, obligó a suspender media hora el partido. Un año después, el autobús rojiblanco fue apedreado a su salida del Pizjuán. La temporada pasada un hincha atlético recibió una paliza antes del duelo en el Pizjuán.
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