La militancia traza las líneas rojas al proyecto político de Alarte
Los socialistas se aferran a su identidad y se quedan en la izquierda
La ponencia marco es como el tarro de las esencias de un partido político y su programa electoral, una interpretación más pragmática y posibilista. Según este esquema, los socialistas valencianos han corregido este fin de semana con severidad buena parte de la ponencia marco que ha coordinado la dirigente federal Leire Pajín. La militancia se declara de izquierdas, rechaza un giro ideológico que les acerque al centro y marcan distancias con respecto a la dirección federal del PSOE, a la que desafían en cuestiones como la elección de secretario general por sufragio universal directo y secreto de todos los militantes -un punto no previsto en los estatutos de Ferraz- y la mención expresa a los trasvases. Las bases marcan con esta ponencia reformulada las líneas rojas al nuevo secretario general.
La ponencia recoge los trasvases viables como medida excepcional
En el ojo del huracán de todo este debate, ha sobresalido por la polvareda que ha desatado, el cambio de siglas que han distinguido al partido durante los últimos 30 años. La renuncia al clásico País Valenciano por un administrativo Comunidad Valenciana, recibió agrias críticas de la militancia y en consecuencia un aluvión de enmiendas. Ángel Luna, ponente responsable de la redacción original, intentó el viernes por la noche defenderla por espacio de 40 minutos, pero el debate se atascó y los delegados zanjaron la polémica con un contundente "a votar, a votar". La tumbaron por más de un centenar de votos, por lo que las siglas PSPV se mantienen. Luna propuso como transaccional el nombre de Partit dels Socialistes Valencians, pero ni siquiera se tuvo en cuenta.
El amplio informe sociológico que recoge toda la primera parte de la ponencia, donde citando datos del CIS -Centro de Investigaciones Sociológicas- se dibuja una sociedad valenciana con mayor sesgo político de centro que la media española, se borra de un plumazo. Más de un centenar de puntos han sido eliminados en comisión ante el estupor de Luna, pues se está hablando de encuestas. La práctica totalidad de la primera se reescribió y se suprimió sin contemplaciones los conceptos de refundación. Además, aunque no había ninguna expresión literal de giro al centro en la ponencia, los delegados pusieron el acento en que hubiera un pronunciamiento en contra.
En el segundo bloque, referido al proyecto político, el texto recoge los trasvases viables como medida excepcional y la desalinización como práctica primera para que los valencianos tengan "agua para siempre". También se defiende que los futuros planes hidrológicos de cuencas sean espacios de diálogo y den pie a pactos políticos con otras formaciones.
Se aboga por un cambio del modelo económico valenciano para que sea más equilibrado y por una reforma del modelo de financiación autonómica y local según el cual se pague según la renta y se reciba según el número de habitantes. Se defiende un refuerzo para la educación infantil y en la sanidad se deja muy claro que no se evaluará el modelo de gestión privada impulsado por el PP sino que se invertirá esta tendencia.
La única enmienda que pasó a votación y ganó tuvo que ver con un endurecimiento del sistema de incompatibilidades por conflicto de intereses de los consejeros en las cajas de ahorros.
En el bloque donde se esboza el modelo de partido, el congreso aprobó que la nueva dirección del PSPV convoque en su primera reunión ordinaria la convocatoria de los consejos constituyentes provinciales, que darán el pistoletazo de salida al proceso de creación de la nueva estructura de partido.
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