"La voz de Satán", silenciada
Castigo al programa que hablaba de sexo a los marroquíes
La joven se lamenta en antena del escaso apetito sexual de su anciano marido. Momo, el conductor del programa, comprende su frustración y le aconseja aliviarla con "un consolador de los que hacen rotaciones de 360 grados".
Esta charla radiofónica y otras similares hubiesen sido consideradas desafortunadas en una emisora europea. En la marroquí Hit Radio causaron escándalo este verano por mucho que antes de la emisión se advirtiese a los oyentes que algunas intervenciones podían herir su sensibilidad.
Al final, Antena libre, el programa de mayor audiencia juvenil de la radio marroquí, acaba de ser suprimido y la emisora que lo transmitía va a ser sancionada con severidad.
Hit Radio, una de las primeras radiodifusoras privadas autorizadas en 2006, supuso una bocanada de aire fresco. Trasladó a las ondas la nayda (movida) que vive Marruecos.
El joven Momo rompía tabúes como la droga o la homosexualidad
Sus animadores hablaban dariya, el árabe dialectal de la calle; su programación sacó de la clandestinidad a grupos de rap, raï o pop marroquíes y ante sus micrófonos se abordaban temas hasta entonces tabúes como sexo, infidelidad, homosexualidad y droga.
De ahí que, según su director, Younes Boumehdi, de 37 años, la emisora atrae, en las siete ciudades en las que está implantada, al grueso de los jóvenes de menos de 25 años y se sitúa en segundo lugar en la franja de edad que llega hasta los 35. "Las ansias por escucharnos son tales que en el norte, donde carecemos de antenas, se desmelenan para sintonizarnos a través de Internet", asegura (www.hitradio.ma).
La irrupción de temas inusitados en las ondas marroquíes suscitó la ira de los islamistas, incluso de los más moderados. Para su diario At Tajdid Hit Radio es "la voz de Satán". Pero incluso la autoridad audiovisual (CSCA) denunció hace diez meses una supuesta "carencia de control de antena" y la multó ya con 9.500 euros.
Las noches calientes de Momo, el apodo de Mohamed Bousfiha, de 24 años -la media de edad de los trabajadores de la emisora es de 25 años-, han incitado ahora al órgano de control audiovisual a abrir un nuevo expediente sancionador. El castigo está al caer y se prevé que consistirá en una reducción de la licencia radiofónica -de cinco a cuatro años-, una cuantiosa multa y la prohibición del célebre programa.
"Las expresiones inapropiadas ocuparon tres minutos sobre un total de 480 de duración de los programas", recalca apenado Boumehdi, el director, que teme que la punición ponga en peligro la frágil economía de su empresa.
Boumehdi ha intentado curarse en salud. Aprovechando la llegada en septiembre del Ramadán, el mes de piedad para los musulmanes, suspendió el programa de Momo. "La supervivencia de la emisora está en juego", señala. "Momo sigue trabajando con nosotros, pero como director artístico", precisa. No resbalará tan fácilmente.
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