Armstrong regresa con el Astana

Hace un par de años, el Gobierno de Kazajistán invirtió una gran cantidad de dólares para contrarrestar con una campaña de publicidad en The New York Times la imagen negativa que del país transmitía la ficción del falso periodista Borat (el actor y director británico Sacha Baron Cohen) en su farsa sobre la república ex soviética. Se lo podían haber ahorrado. Ayer, Lance Armstrong hizo más por la imagen de Kazajistán que cien campañas televisivas. Y gratis: el tejano, el único ganador de siete Tours, volverá a competir y lo hará, sin cobrar ni un dólar, en el equipo Astana, patrocinado por el petróleo y el gas del Gobierno de Kazajistán. De todas maneras, la intención del ciclista, que confirmó oficialmente su regreso a la competición a los 38 años, después de tres retirado, no es primariamente elevar la moral del dictador Nursultán Nazarbayev, sino una mucho más loable, la de aumentar la conciencia global sobre el cáncer, una enfermedad que mata diariamente a 22.000 personas en el mundo.

"No puedo garantizar un octavo Tour", dijo Armstrong ante 60 jefes de Estado y centenares de personas más en la sesión inaugural del foro de la Iniciativa Clinton, la cumbre filantrópica organizada por el ex presidente de Estados Unidos en Nueva York coincidiendo con la Asamblea General de la ONU. "Pero sí que el mensaje de Livestrong

[el nombre de su organización contra el cáncer] va a llegar a toda la sociedad". En 1996, Armstrong, enfermo de cáncer de testículos, dejó temporalmente el ciclismo. Regresó en la primavera de 1998. Un año después comenzó a ganar Tours de Francia todos los años hasta 2005. Sus victorias, apabullantes, generaron intensas polémicas y sospechas. Después de retirarse, el análisis de su orina congelada desde el Tour del 99 dio positivo por EPO.

En su regreso, anunció Armstrong, las sospechas serán imposibles. "Me someteré al increíble programa de control de Don Catlin

[ex director del laboratorio de Los Angeles que destapó el caso Balco] que prevé múltiples controles internos. Los resultados se podrán conocer a través de Internet. Seré el primer deportista que pueda demostrar que corre limpio", dijo.

Aparte de la publicidad para Kazajistán, otro efecto colateral del regreso de Armstrong es la incomodidad que pueda sufrir Alberto Contador, el mejor ciclista del mundo, que, curiosamente, corre en el Astana. "Hay espacio para los dos", dijo Armstrong, quien no le informó previamente de sus planes, ni le ha informado aún. "Contador es el mejor ciclista del planeta". En el equipo no dudan que el nivel actual del chico de Pinto es muy superior al que pueda tener Armstrong, pero eso no es lo que le preocupa a Contador, que hoy parte hacia Italia para disputar el Mundial. "Y en Italia espero hablar con el director, Johan Bruyneel", dijo el líder de Astana. "Me lo tiene que explicar todo con mucha claridad".