Osasuna se queda seco
Los navarros pagan su falta de pegada con un empate sin goles ante el Deportivo
La puntería es algo intuitivo en el ser humano. Puede entrenarse, pero no es algo extrapolable a cualquier contexto, influyen muchas circunstancias. Y para Osasuna está siendo un lastre demasiado pesado ya en la cuarta jornada de Liga.
Equipos con grandes presupuestos fichan grandes tiradores, algo fuera del alcance de los rojillos. Portillo fue hace no tanto tiempo uno de los pistoleros con mayor destreza de la Liga, con una velocidad de desarme estadísticamente irreconocible. Hoy queda un delantero cargado de casquillos sin munición. Masoud es descarado y atrevido, es capaz de regatear a cualquiera que se cruce en su camino, pero todavía no sabe lo que es dirigir el balón a la red. De nada sirvieron las asistencias por banda derecha, con un Juanfran incisivo, que se deshacía una y otra vez de un Filipe que mostraba su mayor valía como interior que como lateral. Por el lado contrario, Plasil encontraba en el larguero un veredicto injusto tras una gran asistencia de Portillo. Ni la expulsión en la segunda parte de De Guzmán, tardía e infinitamente merecida tras firmar los tobillos de medio equipo navarro, sirvió para perforar la diana de Aranzubia.
OSASUNA 0 - DEPORTIVO 0
Osasuna: Ricardo; Javier Flaño, Roversio, Miguel Flaño, Monreal (Oier, m. 10); Puñal (Héctor Font, m. 78), Nekounam; Juanfran, Masoud, Plasil (Delporte, m. 68); y Portillo. No utilizados: Roberto; Josetxo, Vadocz y Dady.
Deportivo: Aranzubia; Adrián López, Lopo, Zé Castro, Filipe; Sergio (Verdú, m. 60), De Guzmán; Cristian (Pablo Alvarez, m. 57), Juan Rodríguez, Guardado; y Bodipo (Mista, m. 77). No utilizados: Fabri; Laure, Valerón y Colotto.
Arbitro: Ramírez Domínguez. Expulsó por doble amarilla a De Guzmán (m. 43 y m. 53). Amonestó a Juanfran, Adrián López y Sergio.
16.437 espectadores en el Reyno de Navarra.
Asedió Osasuna al Depor, que tenía en Bodipo su mayor referencia, algo que quedó en una mera intención, ya que el delantero sevillano acumuló kilómetros y apenas dos o tres intercambios con la pelota. Lotina buscó en Verdú al jugador que inquietase los dominios de Nekounam en el centro del campo, algo que no llegaría a ocurrir. Era Lopo quien bajo palos alejaba el disparo cruzado de Juanfran tras una buena jugada de Delporte, y se erigía como salvador del conjunto de Riazor. Lotina era bendecido de nuevo por las meigas. No consigue la victoria Osasuna en su feudo, algo que sitúa a los de Ziganda en el pozo de la tabla.
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