El Barça huele a fresco
El equipo de Guardiola juega bien y golea al Sporting con Xavi como referente e Iniesta de jugador desequilibrante
Metido de forma circunstancial en la zona de descenso, el Barcelona regresó ayer al Molinón, donde no jugaba desde 1997, cuando Guardiola aún llevaba el 4 y marcaba el estilo del equipo desde el medio centro casi con la misma naturalidad que ahora intenta trazarlo desde el banquillo. La necesidad de ganar para nada atemperó el ideario del entrenador, que hizo dogma de fe y apostó por sus verdades futbolísticas, desde la alineación hasta la táctica, sin dudar ni dar un paso atrás.
La primera jugada del Barça fue toda una declaración de intenciones: sacó de centro y jugaron la pelota diez futbolistas -todos menos Messi- con 30 pases durante dos minutos que terminaron junto al banderín de córner, cuando el lateral frenó un regate de Iniesta. Dos saques de esquina consecutivos, dos recuperaciones cerca del área rival, para acabar en un remate de Xavi a puerta. Cuatro minutos bastaron para reconocer el paño.
SPORTING 1- BARCELONA 6
Sporting: Sergio Sánchez; Sastre, Gerard Autet, Jorge, Canella; Andreu, Matabuena (Michel, m.45); Maldonado (Kike Mateo, m.62), Carmelo, Diego Castro; y Bilic (David Barral, m. 59). No utilizados: Pichu Cuéllar, Colin, Iván Hernández y Camacho.
Barcelona: Valdés; Alves, Márquez, Puyol, Abidal; Xavi, Sergio Busquets (Martín Cáceres, m. 81), Keita (Gudjohnsen, m. 71); Messi, Eto'o (Bojan, m. 67) e Iniesta. No utilizados: Pinto, Piqué, Pedro y Touré.
Goles: 0-1. M. 26. Xavi remata un centro de Iniesta. 0-2. M. 32. Eto'o cabecea en la línea de gol un remate de Puyol a la salida de un córner. 0-3. M. 48. Jorge, en propia puerta. 1-3. M. 50. Maldonado resuelve en el área. 1-4. M. 70. Iniesta aprovecha una asistencia interior de Messi después de una exquisita jugada. 1-5. M.85. Messi remacha de volea un centro de Iniesta y un posterior rechace. 1-6. M. 89. Messi cabecea a la red.
Árbitro: Megía Dávila. Mostró la cartulina amarilla a Cámara y Carmelo. Expulsó con la roja directa a Gerard (m. 56).
25.000 espectadores en El Molinón.
El Sporting quiso intercambiar golpes y salió mal parado ante un rival certero
Busquets funcionó de nuevo como punto de referencia del juego de posición
Aunque se temía por su ansiedad, los goles cayeron en el saco local por pura determinación visitante. El Barcelona se volcó sobre el área de Sergio Sánchez, convencido el equipo azulgrana de que la misma idea que no les alcanzó para superar al Racing y al Numancia era irrenunciable y le serviría para ganar en Gijón. Y acertó no sólo por convicción sino también porque el Sporting aceptó el intercambio de golpes y quedó muy al desnudo.
Los barcelonistas dieron ayer un paso adelante en su empeño por reivindicar el juego de posición y posesión. El equipo se estiró bien desde su campo, presionó en el contrario y combinó con alegría y velocidad, de forma fácil y vertical. Así las cosas, el Barcelona resultó un martillo durante el primer tiempo, cuando resolvió el partido.
Insistió Guardiola en sus mandamientos y le concedió de nuevo la batuta de medio centro a Busquets, tan diligente como hace una semana contra el Racing. Del buen hacer posicional del jugador de la cantera nació el primer gol, tras un robo de balón. Una jugada marcada por Iniesta, calcada a la del tercer gol contra el Sporting de Lisboa, en la que irrumpió Xavi en el área para rematar el pase, esta vez con la cabeza. En ausencia de Henry, Iniesta abrió estupendamente el campo por la izquierda y se asoció con Keita mientras Eto'o -que empezó de 9- lo abría por la derecha, dejando a Messi moverse como quiso por el centro, generando muchos espacios para la segunda línea.
La goleada comenzó en una jugada que por repetida, habla de trabajo y de consignas. Lo fueron también el segundo y el tercer gol producto de la estrategia. El 0-2 se produjo tras un córner que remató Puyol y que empujó sobre la línea Eto'o. El tercer tanto se produjo tras un remate de Keita que terminó rebotando en Jorge. Y el cuarto, precioso, lo materializó Iniesta tras un excelente y generoso servicio de Messi, culminando una larga jugada de posesión. En todas las acciones, siempre apareció Xavi, líder y referente de un equipo que le busca y le encuentra
Guardiola sabía que el Sporting sería valiente, así que recuperó la línea de cuatro defensas, poniendo a Abidal en el lateral izquierdo y devolviendo a Puyol al eje, junto a Márquez. No se equivocó el técnico, porque los asturianos buscaron contras como puñales, que hicieron sufrir a Valdés, seguramente demasiadas veces para el gusto del entrenador. Marcó Maldonado y al poco expulsaron a Gerard, con lo que ya no hubo derecho a réplica y el Barcelona jugó un rondo del que incluso participaron Gudjonhsen y Bojan. Ambos se recrearon en el tramo final cuando los azulgrana redondearon el marcador con dos goles de Messi, excesivamente individualista al inicio y en cambio terminal desde la salida de Bojan.
Los azulgrana sumaron 22 remates, 9 entre los tres palos, y 14 saques de esquina, por cinco disparos del Sporting. La estadística certificó el juego alegre, jovial y limpio de un equipo tan fresco que a veces peca de inocencia.
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