Cuando el guión es del IRA

Si rodar en pleno Belfast la película sobre un agente infiltrado en el IRA ya supuso de por sí una odisea el año pasado, la canadiense Kari Skogland se enfrenta ahora a duras críticas tras revelar que contrató a ex miembros de la banda armada como asesores de la producción. Recién presentada en el festival de Toronto, Martin McGartland, cuya vida inspiró la trama, ha cargado contra su directora por "haber permitido que antiguos terroristas participaran en la filmación", un extremo que, al parecer, le fue ocultado.

La controversia sobre Fifty Dead Men Walking se ha visto atizada por las manifestaciones de una de las protagonistas, Rose McGowan, en las que se mostraba comprensiva hacia aquellos que recurrieron a la violencia: "Yo también me hubiera sumado entonces al IRA", sostenía la actriz -cuyo padre es irlandés- en unas declaraciones que han forzado a la productora de la cinta a distanciarse de la estrella: "No apoyamos ni compartimos las opiniones personales de las personas asociadas a la producción, que no reflejan el punto de vista del filme, justo y sin prejuicios".