"No hemos hecho nada aún"
Aguirre intenta contener la euforia mientras los jugadores aplauden a Agüero
Más allá de sus dos goles y de la contundencia de sus pies de bailarín, Agüero se hizo ayer un hueco en las efemérides como el primer jugador que marca en esta edición de la Liga de Campeones. "¿De verdad que fui yo?", casi se sorprendió el portento argentino, que descorchó la portería de Isaksson con dos latigazos. "Se los dedico al hijo que estoy esperando", expresó el novio de Giannina, una de las hijas de Maradona.
"Se ha salido, pero no nos pilla de nuevas. Todos sabemos de lo que es capaz", le alabó Antonio López. Agüero admitió que el Atlético es una incógnita: "No sabemos cuál es nuestro techo ni adónde podemos llegar".
Igual de comedido se mostró Javier Aguirre. "Esto apenas empezó, debemos permanecer tranquilos. El vestuario debe contener la euforia y mantener la regularidad para no repetir resultados negativos como el del fin de semana en Valladolid, que fue un frenazo en seco", afirmó el entrenador mexicano.
"Creí que el más fuerte del grupo era el Liverpool. Ya no", dijo el técnico del PSV
Con tanto rojiblanco contenido, tuvo que ser el técnico local, Huub Stevens, el que soltara los mejores piropos a la actuación del equipo madrileño. "Hasta esta noche creía que el equipo más fuerte del grupo era el Liverpool. Señores, he cambiado de opinión", declaró el preparador holandés, que capeó el temporal como pudo. Aguantó cinco minutos, el tiempo que necesitó para responder a los periodistas. "¿Acaso creían ustedes que el Atlético jugaría tan rápido y con pases tan directos? Espero que en un par de años sea al revés", dijo mientras se largaba con los pelos de punta.
La contundencia de sus palabras no acabó con la timidez de Aguirre. "No hemos hecho nada aún", insistió el entrenador del Atlético, con la cara larga por la lesión de Forlán: "Lo lamento profundamente, por ella mi felicidad no es completa. Le vi cargado, pero insistí en que jugara y resulta que le perdimos". "Los síntomas no son nada halagüeños, visto cómo reaccionó a los dolores", prosiguió maldiciendo su suerte. "Pues su baja no les afectó para nada. Con él o sin él, he tenido que animar a mis jugadores para que no piensen ya en el tercer puesto [que da acceso a la Copa de la UEFA", opinó su homólogo del PSV.
La única vez que sonrió fue cuando alabó "el orden" del equipo en el Phillips Stadion. "Salvo el despiste inicial, Leo Franco sólo tuvo que intervenir en dos ocasiones. Los pivotes han ayudado mucho a los de atrás. Estuvieron tan concentrados que ellos chutaban a puerta desde muy lejos... Sí, el equipo me gustó cuando no tuvo la pelota". Maniche, el jugador que bajó la persiana al partido, quitó importancia a su jornada: "Tan sólo hice mi trabajo".
El Atlético se embolsó 600.000 euros por la victoria. Un maná que agradece un equipo falto de liquidez. Conquistar el trofeo llenaría las arcas del club con 18 millones, el 15% del presupuesto de la casa. "Y que sean muchos más", deseó un directivo. "No nos lo creamos todavía", le bajaron al suelo desde el cuerpo técnico.
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