_
_
_
_
_
DESDE MI SILLÍN | VUELTA 2008 13ª etapa
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Recurrencias del Angliru

Antes de nada, doy paso a los agradecimientos, que hay un par de ellos. Primero, gracias a todos simplemente por haber estado ahí. Yo nunca antes había subido el Angliru en carrera y no sé cómo se habrá vivido otros años, pero hoy [por ayer] he visto allí más gente que en cualquier otra etapa de las Vueltas en las que he participado. Esto solo, ya es mucho.

Segundo y particularmente, gracias a los que me han animado y a los que me han empujado, que por cierto han sido bastantes; algunos de ellos además lectores de esta columna, según me han dicho en el trayecto. Y como quien no quiere la cosa he llegado directo a la polémica, porque nombrar a la temida subida asturiana (L'Angliru) y sacar a colación el tema de los empujones, es sacar chispas entre los aficionados. Yo daré mi opinión sobre la cuestión en concreto.

Gracias a los que me han animado y a los que me han empujado, que han sido bastantes. Aun así, llegué a 20 minutos de Contador
Más información
Contador doblega al Angliru

A mí me han empujado mucho y no me quejaré por ello -todo lo contrario, daba las gracias al que lo hacía-. Pero yo terminé la etapa a 20 minutos de Contador, es decir que el tiempo que gané en aquellos empujones no influyó para nada en la clasificación. Sí que me ha ayudado no obstante a ahorrar ciertas fuerzas de cara a las etapas que vienen estos días, que no serán nada fáciles.

Diferente cuestión es cuando se trata de los corredores que se están jugando algo, ya sea la etapa o la general -en el caso de ayer, los mismos-. Ahí adelante creo que los empujones desvirtúan la competición, porque no son ecuánimes, dependen mucho de nacionalidades, simpatías, amistades o del libre albedrío del que anda por allí.

Y llego al debate de todos los años en este día: ¿Dónde ponemos el límite de lo que hay que permitir y lo que no? ¿Quiénes se juegan algo y quiénes no? Difícil encontrar respuestas que satisfagan a todos. Pero a la pregunta clave: ¿Angliru sí o Angliru no? Yo soy de los que contesto que Angliru sí, a pesar de que coincido con los que piensan que es inhumano; aunque sean carreras antitéticas, recuerdo que también la Paris-Roubaix lo es, y muchos estamos enamorados de esa carrera y la correremos siempre que nos sea posible.

Por último, me tengo que acordar de Igor Antón, que ahora mismo está fuera de carrera con la clavícula rota. Ayer, al pasar por delante del puente sobre el Sella en Cangas de Onís, me dijo: "Rápido, piensa un deseo". Mientras, él hacía lo mismo. Luego bromeé con él diciéndole que aunque el deseo era secreto, yo podía adivinar cuál era el suyo. "Mañana te diré si se ha cumplido o no", le dije, pensando que quizá su deseo era ganar en el Angliru (nada descabellado). No tendré mañana la oportunidad Fuji, quién lo iba a decir.

Ánimo y a recuperarse, ya sabes que esto es parte del juego, aunque nunca piensas que te va tocar a ti. Pero resulta que ayer te tocó; ya sé que no es justo, pero así fue, y poco más se puede hacer.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_