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Onze de Setembre

Más barras que estrellas

La 'senyera' eclipsa la poca presencia de 'estelades'

En la plaza de Rius i Taulet de Barcelona el reloj marcaba cerca de las 14.30 y decenas de personas comían ayer en las terrazas en el inicio de un puente para muchos y sin apenas rastro de la intensidad político-floral de la Ronda de Sant Pere, frente al monumento Rafel de Casanova. De los balcones de la popular plaza, apenas pendían una decena de senyeres y de ellas sólo una estelada. Y en el mástil de la sede del distrito ondeaba solitaria la cuatribarrada. No estaba ni la bandera de Barcelona ni la de España como sucedía, por ejemplo, en Ciutat Vella, en la plaza del Bon Succés. Quizá fue una forma de protesta de Gràcia, distrito presidido por el republicano Ricard Martínez, después de que ERC y CiU votaran a favor de colgar sólo la estelada. El Ayuntamiento lo impidió al estimar que los distritos no tienen facultad para decidir sobre ello.

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Sea como sea, el desánimo o el cansancio por la política se ha contagiado en las fachadas de Barcelona, donde cada vez se ven menos banderas para celebrar la Diada. Pero la historia va por barrios: en el Raval, por ejemplo, en apenas cinco calles, había medio centenar largo y eran numerosas, estelades incluidas, en zonas de Sants y Hostafrancs. En cambio, en la calle de Bori Fontestà, había que buscar el rastro de la Diada con lupa. Lo mismo sucedía en la Diagonal, donde el desierto lo compensaba una gigantesca senyera que colgaron unos conocidos almacenes. La Via Laietana sumaba cinco banderas y una estelada. Hay lugares que no cambian: en la Jefatura Superior de Policía ondeaba, como siempre, sólo la española.

El 'oasis' del Fossar

Y si había pocas senyeres en general en Barcelona, en algunas zonas las estelades aparecían con cuentagotas. La proporción era casi de 10 a 3. Por ejemplo, en la avenida Meridiana: sólo había dos. El panorama era similar en la Gran Via, especialmente en el lado derecho. El mismo paisaje ofrecía el distrito del Eixample: más a la izquierda y menos a la derecha. Ante tanto desierto, las estelades tienen su oasis, su paraíso particular en el Fossar de les Moreres, llena de chiringuitos con artículos independentistas y una estelada enorme sobre Santa Maria del Mar. "¡Uneix-te. Joves en lluita en defensa del territori!", rezaba una pancarta de los Maulets. El simbólico escenario del independentismo reunió sólo 11 senyeres y la solitaria estelada pendía del balcón del que se asomaba una familia con pinta caribeña.

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