Reencuentro con los amigos

Los primeros días de septiembre son siempre de reencuentro con los viejos amigos, citas en las que se cuentan las aventuras de verano, los viajes, los amores estivales con fecha de caducidad... La vuelta de las vacaciones es un tiempo de narración, algunas veces exagerada, de esa estación irreal que es el estío. Y para ello nada mejor que sitios tranquilos donde poder sentarse y charlar mientras se toma un café, un cóctel o una copa.

Madrid ofrece desde siempre una generosa oferta de cafés que han dado grandes tertulias. Entre los clásicos está el Café Gijón (paseo de Recoletos, 21), el Barbieri (Ave María, 45), el Comercial (glorieta de Bilbao, 7) o el Parnasillo (San Andrés, 33), pero desde hace una década hay una nueva generación de locales que están diseñados precisamente para las confidencias de buenos amigos. Lugares donde tomar una primera copa en una cita con intenciones seductoras, sitios donde confesar secretos o, simplemente, donde comenzar una noche tranquila. Porque no todos los días se tienen ganas de discoteca.

Algunos locales combinan el videoclub con la cafetería

Areia (Hortaleza, 92) es uno de estos locales apacibles y basa su atractivo en el ambiente chill out. Cualquier día de la semana está lleno de gente que busca una opción más tranquila y que opta por tumbarse en las cómodas colchonetas y sofás de los que dispone, en una actitud que a veces acaba en seducción. Por allí pasan desde universitarios jóvenes que utilizan el pretexto del chill out para ligar con una nueva compañera de clase hasta empresarios agotados tras una dura jornada de trabajo que necesitan una copa tranquila antes de irse a dormir. Y, sin duda, puede funcionar de excelente escenario para contar las historias de verano y mostrar las fotos que dan testimonio de ellas. Muy cerca, en la acera de enfrente, La Sueca (Hortaleza, 67) es otro lugar preferido por muchos para tomarse la primera antes de salir los fines de semana o para beber algo tranquilamente cualquier día de lunes a viernes. Al ser un bar regentado por escandinavos, lo propio es tomarse allí un vodka, ya que tienen de todos los tipos y sabores. Con una decoración moderna, renueva el concepto de local donde charlar animadamente. Lo suelen frecuentar jóvenes en la treintena, sobre todo profesionales liberales.

Para contar los amores del verano pueden servir de escenario también cafeterías como Acuarela (Gravina, 10) o Antik (Hortaleza, 4), con una decoración algo cargada, pero con recovecos suficientes como para no ser objeto de escuchas indiscretas y con una oferta de cafés apta para los paladares más exigentes.

Otra opción tranquila es acudir al Diurno (San Marcos, 37) y después de comer algo o tomarse uno de sus muchos cafés con un suculento pastel alquilar una película para seguir la velada tranquilamente en casa. Y es que este local combina el videoclub -con una generosa oferta de películas especialmente no comerciales- con la cafetería y el bar para cenar algo ligero y sano allí mismo o llevártelo a casa para tomarlo mientras ves esa película que has alquilado.

Son días estos para recargar las pilas y el bolsillo y volverse a acostumbrar poco a poco a la ciudad. En pocas semanas, la vida nocturna de Madrid se pondrá en marcha con toda su locura y entonces ya no se podrá parar, así que antes no está de más recordar el verano con un poco de tranquilidad. El otoño ya cercano hará que pronto el verano sea propiedad de la memoria.