El presunto pederasta de Huelva, condenado a 21 meses por amenazas
El acusado sigue en prisión por los supuestos abusos a sus dos hijas
El presunto pederasta de Huelva, Fabián Bejarano, de 35 años, que está en prisión preventiva sin fianza desde el pasado nueve de agosto por abuso de menores -entre ellos el de sus dos hijas, de nueve y diez años- fue condenado ayer a 21 meses de prisión en una causa paralela por amenazas a su mujer, según informaron fuentes judiciales. El condenado reconoció los dos delitos de amenazas y la sentencia fue de conformidad. A la salida de los juzgados, cundió la confusión entre los padres y hermanos de Bejarano, que creyeron que éste había sido absuelto.
La Fiscalía se opone a la suspensión de la condena, solicitada por la defensa
La vista oral se celebró a puerta cerrada para prevenir incidentes
Fabián Bejarano fue condenado a 15 meses de cárcel por un delito continuado de amenazas a su mujer y a 6 meses por otro específico de amenazas. Además, el acusado ha sido privado del derecho de llevar armas durante cinco años y a no poder acercarse ni comunicarse con su esposa durante cuatro. Al carecer de antecedentes, y debido a la duración de la pena, la defensa pidió la suspensión de la condena, a lo que se opuso la Fiscalía. El juez podría, efectivamente, suspenderla, pero esta decisión no ha sido tomada todavía. En todo caso, Bejarano permanece en prisión incondicional sin fianza por los delitos de pederastia de los que se le acusa.
La vista se celebró a puerta cerrada para prevenir incidentes. Así, los padres y hermanos de Bejarano permanecieron en las inmediaciones de la Audiencia, junto a otros familiares. Al salir por la puerta de los detenidos, a Bejarano se le permitió ser abrazado por su madre durante unos segundos. Cuando ella volvió con los suyos, lo hizo gritando que su hijo había sido absuelto. Cundió entonces la histeria entre algunos familiares, entre ellos su padre, Manuel Bejarano, que gritaba clamando justicia sin saber que Fabián había sido condenado por amenazar a su esposa.
Fue la investigación policial de estos episodios de violencia machista, la que terminó derivando el caso de un tema de amenazas a otro de abusos sexuales a menores. Durante los interrogatorios, surgieron los posibles abusos a los que Fabián podría haber sometido a una prima de su mujer cuando aquella tenía ocho años. Fue entonces cuando la policía decidió entrevistar a las hijas del sospechoso, de nueve y diez años, y a su prima, de ocho, que vive en el mismo domicilio. Las crías confirmaron ser víctimas de vejaciones.
En sus declaraciones, las menores explicaron que Bejarano, aprovechando que su esposa -madre y tía de las niñas- iba a Lepe a trabajar en un bingo, les ponía películas de carácter pornográfico o dibujos animados eróticos en casa. Entonces, amenazándolas a veces con un cuchillo, las obligaba a imitar lo que veían en las imágenes. Las niñas también explicaron que las agresiones se producían fuera del domicilio, concretamente en un descampado. En sus declaraciones por separado, todas coincidieron en detallar las características de este paraje.
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