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Reportaje:PEKÍN 2008 | El atleta más rápido del mundo

Einstein a 44 por hora

Bolt revoluciona el atletismo con tres oros y tres récords mundiales

Carlos Arribas

La recta es la distancia más corta entre dos puntos, enseñaban en la escuela. Falso, desmintió Albert Einstein (e=mc2), es la curva. De acuerdo, dijo Usain Bolt, que ha hecho la demostración de la teoría de la relatividad en una pista de atletismo y a 44 kilómetros por hora.

El chico jamaicano de las zapatillas doradas del número 47 ha ganado tres medallas de oro y ha batido tres récords mundiales, pero eso no es lo más excepcional que ha hecho estos días de agosto en el Nido del Pájaro. Sus curvas, la del récord del mundo de 200 metros, que supuso la demolición de los 19,32s de Michael Johnson que parecían grabados en piedra desde 1996, y la del récord del relevo, el borrado final del nombre de Carl Lewis de las listas, han sido más rápidas todavía que su recta fantástica, la del primer hombre que baja de 9,7s en los 100 metros. Esto sí que es único. Ni Jesse Owens ni Carl Lewis, los más grandes sprinters, con cuatro oros cada uno, en 1936 y 1984, en Berlín y en Los Ángeles, en 100, 200, 4x100 y longitud, pudieron decir tanto.

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"De vez en cuando, en la historia de la humanidad nacen un Newton, un Mozart, un Einstein", dijo su entrenador, Glenn Mills, que no encontró referentes atléticos con quien compararle cuando le preguntaban de qué planeta había aterrizado en Pekín su pupilo. "O un Usain Bolt...".

Eso de que corra la curva más rápido que Lewis, que Powell, que nadie la recta, no lo es todo. El otro rey de los Juegos, el pollo del Nido, un chaval que ha cumplido 22 años esta semana olímpica, además de reinventar el atletismo, de dar la vuelta a las leyes físicas que rigen la relación entre el espacio y el tiempo, a las leyes fisiológicas que tratan de aclarar los porqués de los movimientos del cuerpo, de llevar la contraria a la mecánica de palancas que explica que cuanto más larga es una pierna más lenta debe ser la repetición de sus movimientos y de alejar un poco más los límites del rendimiento humano en tres carreras únicas, ha puesto de moda en el mundo el baile del rayo, su peculiar forma de celebrar sus victorias, extendiendo los brazos en dirección al horizonte.

Es algo más que eso, claro, la alegre despreocupación con la que saltaba al competir, como si estuviera en la vieja pista de hierba del campo de cricket en la que se entrena a diario en vez de en el estadio más moderno, caro, espectacular jamás construido; debe ser el símbolo del nuevo atletismo que quiere salir de la sombra de la mano del alegre chaval de Trelawny, quien, como Mozart, ya fue un niño prodigio, ganando un Mundial júnior a los 15 años.

"Es el verdadero rey de los Juegos y no Phelps", dice Sebastian Coe; "lo del número de medallas no vale. A Phelps es como si le pusieran ocho maneras distintas de nadar 100 metros..."

Sin embargo, el discurso, objetivamente interesado del lord británico, que fue gran atleta olímpico y que ahora es vicepresidente de la federación internacional, miembro del COI y organizador de los Juegos de Londres 2012, no tiene muchos seguidores.

Hay en el ambiente el recuerdo de demasiadas historias tristes, la memoria de tantos ídolos de la velocidad caídos en las redes de la lucha antidopaje, que el escepticismo ante lo extraordinario se ha impuesto a la fascinación inocente ante la gesta, una de las utilidades del deporte. Y esto es así sobre todo en los medios norteamericanos, que le han negado a Bolt, y a todo el atletismo jamaicano, al reggae power que gozosamente ha barrido a los velocistas de Estados Unidos, no sólo el derecho a ser considerado uno de los grandes de la historia del atletismo, sino siquiera el título de mejor atleta del momento, por no hablar, claro, del tema de rey de los Juegos.

Para eso está Phelps, sobre cuyas ocho medallas nadie quiere dudar.

Usain Bolt cruza la línea de meta de los 100 metros celebrando su triunfo.
Usain Bolt cruza la línea de meta de los 100 metros celebrando su triunfo.REUTERS

5 nuevas marcas

- 100m (masculino). Bolt corre en 9,69s y mejora su anterior registro (9,72s).

- 200m (masc.). Bolt logra un tiempo 19,30s y bate la marca de Johnson de 1996.

- 4x100m (masculino). Bolt, Carter, Frater y Powell (37,10s) rompen el registro que tenía EE UU desde 1992.

- Pértiga (femenino). Isinbayeva (Rusia) bate su marca y llega a los 5,05m.

- 3.000 obstáculos (fem.). Galkina-Samitova (Rusia) paró el reloj en 8m 58,81s.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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