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Reportaje:PEKÍN 2008 | Piragüismo

Attila revienta a Cal

El español pierde frecuencia de palada y acepta mal la plata en la final de 1.000 metros, ralentizada por el viento

Sopló viento de costado, la carrera se hizo lenta y David Cal no pudo con el pelirrojo Attila Vadja, el húngaro poderoso, el campeón, el que acabó gritando fantastic mientras se besaba los bíceps. El duelo de la final de C-1 1.000 metros era un mano a mano: o ganaba el gallego de Cangas de Morrazo o el palista de Szegedm, no había otra opción en el canal de Po de Shuny, a una hora de Pekín en coche. Ganó Attila Vadja, sin opción para Cal: se impuso porque fue mejor y completó la prueba en 3m 50,467s, con una canoa y media de ventaja sobre el español, a dos segundos insalvables.

Mucho Attila incluso para Cal, medalla de oro en Atenas 2004, el palista del rostro impertérrito, el atleta que gane o pierda mira sin transmitir ninguna sensación, el mismo que cuando habla no se sabe si está contento o triste, imposible saber si la plata es un buen premio al trabajo concienzudo y bien hecho o una decepción. María José, la madre de Cal, que sabe del esfuerzo del hijo, lo aclaró, por si acaso, a pie de canal: "¡Tiene que estar muy contento, hombre! Ahora se lo voy a decir. Otros no ganan nunca y él ya conquistó la tercera medalla. ¿De plata?, pues de plata, así que ¡bien contentos!". Y la señora, tan feliz, con el ramo de flores que acababa de recoger su hijo en el podio.

"Estoy contento, pero esta medalla no sabe tan bién como la de oro"
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David se precipitó

"Estoy contento, pero no sabe tan bien como la medalla de oro. He hecho mi carrera y ya veré si estuvo bien. Quedé segundo y es lo que cuenta", afirmó Cal. Los que vieron la carrera desde fuera, incluido su entrenador, Suso Morlán, estaban convencidos de que David no había estado mal; sencillamente, Vadja estuvo mejor. El oro de Atenas, en cualquier caso, se había vuelto plata en Pekín. "Podía imponerse cualquiera de los dos", concretó el preparador de Cal, "y, con viento, el húngaro lleva cierta ventaja". Pura física: menos envergadura, abajo, el viento le frena menos. Aunque no lo pareciera, Cal ni siquiera arrancó mal, por mucho que pasara sexto los primeros 250 metros, a más de un segundo del sorprendente líder inicial de la prueba, el uzbeko Menkov. Simplemente, tenía que regular. Curtido como está, fue a la suya. "Otros salieron muy fuertes y no llegaron. Yo salí bien", explicó. "Lo importante es cómo llegas y lo hice segundo porque el húngaro iba mejor que yo y fue más rápido", dijo el palista español. El húngaro, que pasó octavo en el primer tramo, también fue a más y, aunque le vio la espalda durante unos metros al español, resultó incontestable en los últimos 100. "Reventé y a él le quedaban fuerzas", razonó Cal, consciente de que las condiciones climáticas le complicaron la vida.

El viento no era muy fuerte, pero sí lo suficiente como para ralentizar la carrera a razón de cuatro décimas cada 100 metros. Al final, tres o cuatro segundos por encima de lo que le viene bien al gallego: "Por encima de 3m 50s no queremos ni ver la carrera y esa es la que tocó", explicó el entrenador. Pura frecuencia -na-die en el mundo da más paladas que él sin viento- y mucho más técnico -los hay más fuertes, pero no más constantes-, ayer Cal marcó un ritmo entre dos y tres paladas menos por minuto de lo que es capaz en otras condiciones más favorables. Puede alcanzar las 66-65 por minuto, y ayer no superó las 62, según su entrenador: "Eso no significa que lo haya hecho mal. Attila no es manco; es muy bueno. O sea, que felicidades y a celebrar la plata".

El otro componente climático, el calor, estaba asumido desde la concentración en el embalse salmantino de Saucelle. "Al calor lo empatamos entrenándonos. Aunque aquí hace más humedad, no afectó. Pero contra el viento no hay pelea; si sopla, malo". Cal, en cualquier caso, pasó página: "Tengo otra oportunidad para el oro en 500 metros". El rival será hoy (8.45) Maxim Opalev, y el pronóstico, idéntico al de ayer. El ruso es más pesado que Cal y si la carrera es lenta, tiene más opciones. Por debajo de 1m 47s, gana Cal. "A 1m 50s, a sufrir", anunció Morlán.

Attila Vadja celebra su victoria en C-1 1.000 por delante de David Cal.
Attila Vadja celebra su victoria en C-1 1.000 por delante de David Cal.EFE

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