Falta cultura de mar
Segunda medalla para España en vela, botín que se me hace corto ante el buen equipo que se desplazó a Qingdao y que ocupaba el primer lugar de la clasificación mundial. Pero los rankings son pura anécdota, no te dan ningún punto extra, tienes que empezar a competir de igual a igual con tus rivales y aunque teníamos serias opciones de obtener algunas medallas más, al final nos hemos tenido que conformar con estas dos que nos saben a gloria y que nos dan un total de 17 a lo largo de la historia, lo cual no está nada mal, siendo además 11 de ellas de oro.
Diecisiete medallas en un deporte minoritario y en un país rodeado de costa y con un clima que nos permite practicarlo durante todo el año y que sin embargo cuenta con muchísimos menos adeptos que países vecinos como Francia o Reino Unido, y no digamos ya que Nueva Zelanda o Australia. Falta cultura de mar en nuestro país, falta quitar muchas trabas institucionales para hacer más asequible el mar a los ciudadanos y falta que muchos clubes náuticos sean precisamente eso, náuticos, y no sociales de barra de club.
Falta quitar muchas trabas institucionales y que los clubes náuticos no sean clubes sociales
Afortunadamente en muchos de estos clubes existe ya la figura de socio deportivo y, afortunadamente también, muchos ayuntamientos están creando bases náuticas donde poder practicar este deporte.
Falta también apoyo a las tripulaciones que están en segunda fila, y que son las encargadas del relevo generacional. Cuando llegué a Barcelona para preparar mis primeros Juegos Olímpicos, nos juntábamos casi 30 barcos en un campeonato de España. Hoy es incluso complicado hacer un campeonato de España en la mayoría de clases olímpicas porque no hay flota suficiente para poder competir.
Me ha tocado un difícil día para escribir estas líneas, en el que aprovecho este artículo para sumarme al intenso dolor de familiares y amigos que han perdido a algún ser querido. Después de lo sucedido el miércoles en el aeropuerto de Barajas, podemos pensar que nada tiene sentido, que qué importa una medalla más o menos, pero luego te das cuenta de la importancia de tener un objetivo en la vida, de intentar vivir el presente, de intentar acudir a unos Juegos Olímpicos y sacar un buen resultado, de que, aunque todos, ricos y pobres, nos tendremos que ir algún día, nuestra presencia seguirá aquí, ya sea por haber ganado alguna medalla olímpica o simplemente por algo tan sencillo como difícil al mismo tiempo que es ser persona.
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