"Seguimos siendo una gran potencia"
El oro de Fernando Echávarri y Antón Paz en 'Tornado' es la 11ª victoria olímpica de la vela
La medalla de oro que se colgaron ayer al cuello Fernando Echávarri y Antón Paz estuvo salpicada por la tristeza y el homenaje a las víctimas del accidente aéreo en Barajas. Los dos navegantes recibieron sus medallas de la clase Tornado con brazalete negro. "Es un momento complicado para nosotros. Por un lado, estamos muy felices, porque llevamos 10 años trabajando para conseguir este premio, pero no pudimos dejar de pensar en el dolor que sufren cientos de familias ahora. En el podio hemos pensado en ellos", reconoció Echávarri. "Nos enteramos de la noticia por la noche, viendo la BBC y nos quedamos de piedra", explicó el navegante cántabro, pontevedrés de adopción, "y lo mínimo que podíamos hacer es llevar el brazalete en la regata como recuerdo a las víctimas".
En la hora de pasar balance a lo que ha sido el camino de preparación de los Juegos, Echávarri habló de los patrocinadores, la Federación, el plan ADO y por supuesto de su entrenador, Toni Ripoll (que ya suma tres medallas olímpicas con diversas tripulaciones) y de los sparrings durante sus entrenamientos, Toni Rivas y Escudé: "Sin ellos, no lo habríamos conseguido", dijo. Paradójicamente, la medalla de oro que ganaron ayer, la segunda que consigue un barco español en la categoría después de la conseguida en Atlanta por Fernando León y José Luis Ballester (Rafa Trujillo fue plata en Atenas), podría ser la última medalla que se entregue en unos Juegos Olímpicos en la clase Tornado, dado que en principio ha sido excluida del programa olímpico.
Echávarri, sin embargo, no descarta que en el campo de regatas de Weymouth, donde se disputará la vela en Londres 2012, el Tornado vuelva a navegar: "Creo que después del espectáculo que se ha visto en esta medal race de Qingdao, tendrán que recapacitar. Difícilmente encontrarán un barco más espectacular". La regata de ayer se disputó con vientos altos y una mar complicada, sin llegar a la ola que protagonizó la regata de 49er el pasado domingo.
Juntos en el barco desde 1997, la experiencia de la pareja de navegantes, que han sido juntos campeones de Europa y del mundo, se notó ayer, en una regata que comenzaron de manera espectacular, pasando en cabeza la primera ceñida, con alemanes, australianos y argentinos a popa, los únicos que podrían arrebatarles el oro que defendían en la regata definitiva. Los alemanes Bolgar y Spaltehoz volcaron y rompieron, desapareciendo de la lucha de las medallas, así que sólo tuvieron que preocuparse de vigilar a la pareja argentina, Lange y Espínola, y a la australiana, Bundock y Ashby.
La superioridad de Echávarri y Paz fue total durante las 10 regatas, completando cuatro primeros puestos para un total final de 44 puntos, cinco más que los australianos, plata, y a 12 de los veteranos argentinos. "Nos lo hemos trabajado mucho. Ir líderes desde el primer día ha supuesto una presión adicional que hemos sabido manejar perfectamente cada día. Lástima que el octavo puesto el último día nos impidiera llegar más cómodos a la medal race", aseguró Echávarri, muy orgulloso de la estrategia elegida: "Creo que hemos hecho una regata muy inteligente tácticamente", reconoció.
Al tiempo, se felicitó por el presente y el futuro de la vela española, que suma ya 17 medallas, 11 de ellas de oro. "La federación y nuestros patrocinadores pueden estar orgullosos. Además de las dos medallas, los dos diplomas de 470 y RS:X han sido para gente muy joven que participaba en sus primeros Juegos. Eso demuestra que la vela española sigue siendo una gran potencia y permite ser optimista de cara a Londres". Ayer, en Qingdao, hubo tornado de oro, algo triste, pero de oro.
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