Un incendio en un bar de Tres Cantos obliga al desalojo de un edificio
Unos 40 vecinos tuvieron que abandonar sus casas de madrugada
Las mesas de la terraza del bar Ortiz, situado en la localidad madrileña de Tres Cantos (40.000 habitantes), ardieron la pasada madrugada. El establecimiento está en el bajo de un bloque de vecinos que fueron desalojados por los bomberos. El interior del edificio se encontraba lleno de humo. Los bomberos confirmaron que también había desperfectos en dos ascensores de un bloque cercano, según los vecinos.
En la mañana de ayer, los inquilinos de las plantas más bajas limpiaban de hollín sus salones, mientras que los propietarios del bar los miraban resignados. Los clientes habituales acudieron para consolarles.
El fuego pudieron ocasionarlo "unos gamberros", según el Ayuntamiento
Sobre las cinco y media de la mañana, se despertó Ling Ninjianbo, un vecino del bloque 11 del sector Embarcaciones. El mal olor en su habitación le alertó de que algo no iba bien y abrió las ventanas. No habla mucho castellano, el justo para atender a los clientes en la tienda que tiene en Tres Cantos desde hace siete años, pero llamó a Juan Ortiz, el dueño del bar y vecino del bloque, para alertarle: "¡Fuego!, ¡fuego!".
El dueño del restaurante lo ve claro: "Me juego el cuello a que son chavales de la zona. Nadie viene a las cinco de la mañana hasta aquí para una gamberrada como ésta". Otros vecinos escucharon ruidos, pero como la zona está cerca de locales de copas y los jóvenes lo suelen usar para hacer botellón, no le dieron mayor importancia.
La policía evacuó a 40 residentes de la zona a las seis de la mañana. Hubo quien no se enteró de la primera llamada. Un vecino del sexto piso, asustado por el humo que veía en el pasillo, gritó asustado por el portero: "Aquí hay mucho humo, ¿qué está pasando ahí abajo?". Unos chicos le aconsejaron que saliera a la calle, por si acaso.
Ortiz acababa de abrir su bar después de las vacaciones de verano, que había aprovechado para pintar el establecimiento. Un trabajo perdido, porque tendrá que volver a hacerlo, además de arreglar los cristales, rotos por el intenso calor de las llamas. Ayer por la mañana, resignado, esperaba al perito del seguro. "El bar está mal, pero lo peor es que ni siquiera había terminado de secarse la pintura de las paredes", se lamentaba.
El fuego, que según el parte de los bomberos se inició en el mobiliario de la terraza del local, afectó a las mesas y las sillas y a uno de los equipos de aire acondicionado. El jefe de bomberos negó que hubiera indicios de que fuera intencionado, aunque aclaró que sólo se investiga si encuentran latas de gasolina o material inflamable.
Aunque el humo llenaba el interior del establecimiento, el fuego se quedó en la puerta de entrada. "Por suerte, la policía y los bomberos llegaron rápido y consiguieron sofocarlo en un momento. Al final no les pasó nada a los vecinos. Cuando veía las llamas anoche, sólo podía pensar en ellos y en que si el fuego entraba dentro no sabía qué podía pasar", comentaba Ana Cruces, la esposa del propietario del bar, mientras miraba la pared ennegrecida con lágrimas en los ojos.
La escalera del edificio fue inspeccionada por los bomberos, pero después de una hora en la calle, los vecinos volvían a descansar en sus casas.
"Han roto y quemado papeleras, han hecho graffiti en otros bares y han estropeado los ascensores del bloque 10. Este sector siempre ha sido algo conflictivo, pero nunca con tanta violencia", añadía Juan Ortiz.
Las zonas de cornisas del barrio son zonas de botellones. "Beben y hacen ruido, la policía viene, los echa y a los 10 minutos están otra vez ahí", aseguraba el dueño del bar. En alguna ocasión quemaron contenedores de papel y desperdicios, pero nadie recuerda que sus gamberradas hubieran afectado a los edificios, más allá de alguna incómoda pintada.
El incendio puede ser obra "de un grupo de gamberrillos", según declaró ayer un portavoz del Ayuntamiento de Tres Cantos. Desconocen si puede estar relacionado con el incendio de una furgoneta de reparto frente al mismo portal. Una pareja denunció sobre las tres de la mañana que un coche estaba ardiendo por la parte de atrás, cerca del depósito. Dos agentes se presentaron en el lugar y consiguieron controlar las llamas.
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