El cuatripartito de O Grove supera la crisis

Apostó por una jefatura de cuatro socios, el único cuatripartito que gobierna un ayuntamiento en Galicia, y por ahora está ganando el envite. "El equipo goza de buena salud porque no perdemos el tiempo en discutir, sino en aliviar tensiones", afirma el alcalde de O Grove, el socialista José Cacabelos, que hace un año saltó de la empresa acuícola a la política para convertirse en su séptimo regidor, en sociedad con BNG, EU y PG.

El gobierno local afronta los retos del turismo y del nuevo plan general

Cacabelos asegura que la reciente crisis que amenazó la estabilidad de su gobierno está superada. "Ha sido una tormenta pasajera, como la que pueda surgir en cualquier familia, aunque lamento la forma que tienen algunos de afrontar problemas internos que sólo deben de resolverse en la mesa de gobierno", subraya, en referencia a unos problemas "más mediáticos que reales".

Cacabelos hace balance y asegura que la política le ha enseñado a "dimensionar los problemas con otra perspectiva, con más objetividad y haciendo un continuo ejercicio de reflexión". En medio de una oposición crispada, el alcalde subraya las inversiones de la Xunta de casi tres millones de euros en sólo un año, cuando el PP en ocho recibió del Gobierno de Fraga 4,5 millones.

El alcalde y su equipo han cerrado los primeros presupuestos del cuatripartito, de 12,5 millones de euros, casi un 30% más que los anteriores. Una cifra histórica, resultado de varias auditorias que han permitido equilibrar el gasto e incrementar los ingresos de la recaudación municipal. El otro frente del debate es el urbanismo, con el Plan General y el turismo como ejes fundamentales. El alcalde está convencido de que el futuro de O Grove pasa por convertir la península en un referente turístico, con valores paisajísticos y medioambientales a salvo de la presión urbanística. "Tenemos que tener claro que el crecimiento turístico no se puede basar en hacer más zonas residenciales o viviendas", subraya. O Grove representa un espacio turístico de larga tradición. El sector mueve un promedio anual de 100 millones de euros.

Este gran ventanal atlántico de 21 kilómetros cuadrados es el único municipio que aumentó, hasta seis, el distintivo de banderas azules que premia las excelencias de sus playas. O Grove, cuenta con sólo dos núcleos de población, San Martiño y San Vicente, este último, después de la isla de A Toxa, es el principal núcleo de veraneo y con mayor proyección de las Rías Baixas. El pasado verano, Emilio Pérez Touriño pasó allí sus primeras vacaciones como presidente de la Xunta. Este año ha vuelto, para despedirse el jueves con una cena con militantes.

Pero también el turismo depende de la aprobación del planeamiento urbanístico que redactó el anterior gobierno popular y que ya había rechazado la Xunta del PP. El documento tiene que sufrir una profunda revisión para corregir flagrantes excesos, sobre todo en volumen de edificabilidad, que incumplen todas las recomendaciones de Política Territorial. El PXOM representa el principal escollo para el cuatripartito y el argumento de máxima fricción entre sus habitantes; una población de apenas 11.000 habitantes que siempre ha tomado partido en los asuntos que se cuecen dentro de su ayuntamiento.