Del Bosque cede el protagonismo
El primer entrenamiento del nuevo seleccionador sirve de homenaje a los 'eurocampeones'
No fue el primero en pisar el césped de la ciudad deportiva de Las Rozas. Se le anticiparon Casillas y Xavi, los hombres fuertes de la selección española, que ayer se quedaron sentados un par de minutos en el banquillo para observar la puesta en escena de Vicente del Bosque. El nuevo técnico de la roja sí fue el primero en abandonar el campo de entrenamiento. Al fin y al cabo, se portó como un gran anfitrión porque dejó que los suyos disfrutaran solitos de los aplausos del público y del homenaje que les montaron en las gradas al grito de "¡campeones de Europa!". Sabía Del Bosque que eso no le pertenecía, que no había sido obra suya, y se fue con paso tranquilo. Abandonó el césped y se acercó a las vallas que le separaban de los aficionados con una pizca de timidez. "Son los jugadores los que firman, no yo", intentó justificarse ante algunos. Tuvieron que insistir para que se parara a rubricarles las fotos: "Venga, míster, que sólo queremos darle la bienvenida. Usted también tiene que firmar". Era como si quisiera desvincularse de todo aquello.
Era su día, el día de su estreno como seleccionador, pero quiso apartarse y hacer que fuera el día de los jugadores. "Vicente es así. Le conozco de antes. Lo que tiene es la ilusión de hacer las cosas bien", comentó Casillas minutos antes de subir al autocar camino de un hotel cercano a Barajas. "Tiene ganas de trabajar y de seguir con el proyecto que había antes", continuó. El proyecto del buen juego y del grupo.
Ya lo dijo el propio Del Bosque el pasado jueves, cuando dio su primera lista para el partido amistoso de mañana contra Dinamarca en Copenhague: "Nuestra obligación es jugar bien". Ha cambiado el cuerpo técnico, eso sí. Se ha llevado consigo a sus hombres de confianza -Toni Grande, de segundo, y Javier Miñano, de preparador físico-. Pero es lo suficientemente listo para aprovecharse de todo lo que dejó Luis Aragonés. "Tengo la obligación de mantener y potenciar lo conseguido: el espíritu, la cohesión de grupo y la humildad", dijo hace un par de días. Tiene claro que no hará ninguna revolución, que lo básico es mantener el trabajo hecho y que respetará ciertos automatismos adquiridos con Luis.
Pero algunos de esos automatismos dejaron de verse ayer en el primer entrenamiento. Los estiramientos con los que Luis empezaba las sesiones desaparecieron. El equipo saltó al campo "en movimiento" y realizó una carrera continua bajo la mirada de Fernando Hierro, el hombre que quiso que Del Bosque llevara las riendas.
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