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Reportaje:

Las barbacoas pierden fuelle

La afluencia a la playa tras el trofeo Carranza fue un 58% menor a la prevista

Todo el mundo encontró su lugar en la arena. La limitación del espacio habilitado a las barbacoas en la playa de Cádiz, una novedad este año en la fiesta, no provocó mayores aglomeraciones. El número de asistentes a la concentración del sábado, según estimaciones del Ayuntamiento, quedó por debajo de 70.000. Sólo el pasado verano, cuando la final del Trofeo Carranza que sirve de excusa a esta celebración coincidió con día laborable, la cifra de personas fue menor, con unos 55.000 participantes. Lejos quedan los datos de ediciones anteriores, como en 2006, cuando 175.000 personas celebraron barbacoas, o 2005, cuando se dieron cita en la playa entre 250.000 y 300.000 participantes.

"Ya se verá en su momento si la fiesta nocturna se prohíbe o no"

Las restricciones que se han impuesto a la fiesta en los últimos veranos han tenido un efecto disuasorio. Primero fue el aumento de la vigilancia (para evitar actos vandálicos o, por ejemplo, que la gente trasladara sus propios muebles a la playa); después la prohibición de parcelar la arena para guardar sitio; y, este año, el acotamiento de la fiesta a sólo dos kilómetros de costa.

El Ayuntamiento de Cádiz (PP) está satisfecho del resultado de esta medida, que pretende repetir en próximos veranos: "Ha resultado positiva, así que en las ediciones posteriores seguiremos aplicando las directrices técnicas que permitan un mejor uso de la playa y una mejor limpieza", anunció el teniente de alcalde de Comunicación, Juan José Ortiz. Con todo, Ortiz prefiere dejar a un lado la posibilidad de que el Consistorio prohíba las barbacoas: "Ya se verá en su momento si se prohíben o no, pero será la Demarcación de Costas la que tenga que decir algo al respecto, no el Ayuntamiento".

El coto a la fiesta, que ha dejado algunos tramos del litoral de Cádiz libres de barbacoas, también ha sido bien acogido por los usuarios habituales de la playa, sobre todo por los veraneantes que sólo pasan unos días en la ciudad y quieren aprovechar cada jornada de playa. "El que viene y se ha gastado un dineral en un apartamento quiere venir a una playa limpia", apunta Carmen Domínguez, una turista de Sevilla.

La menor afluencia de este año se ha traducido también en una disminución de la basura recogida: unas 62 toneladas que fueron retiradas de la arena entre las 6.30 y las 10.00 de la mañana. Los tractores que se han encargado este año de recoger las bolsas y los bidones acumulados por los operarios de limpieza, sin embargo, tuvieron trabajo hasta pasadas las dos de la tarde. Para facilitar la labor de los empleados se habían repartido más de 3.000 bolsas de plástico entre los asistentes e instalado 80 bidones especiales para el carbón. Juan Antonio Segura, trabajador del dispositivo, se queja de que aún hay muchos participantes que se olvidan de estas recomendaciones: "Colaboran, pero poco. Hay mucha mierda".

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También este año se han realizado análisis en el agua y la arena que determinarán el impacto de las barbacoas en la calidad sanitaria y medioambiental de la playa. Los resultados se conocerán dentro de unas semanas.

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