"Al empezar, decían que era una lagartija"
El primer oro español en Barcelona 92 dejó la ruta y probó en el velódromo "por casualidad"
Tenía ocho años y no hablaba castellano cuando sus padres, emigrantes en Holanda, decidieron regresar a Chiclana (Cádiz). El desconocimiento de la lengua provocó que no se adaptara al nuevo colegio. La promesa de una bici se convirtió en el estímulo para que se esforzara. Cumplió e inmediatamente le picó lo que califica de "veneno que no puedes sacar". Una década después, José Manuel Moreno (Ámsterdam, 39 años) ganó el primer oro español en Barcelona 1992.
Pregunta. ¿Cómo se sintió al abrir la senda de los triunfos?
Respuesta. Logré el oro el segundo día y supuso un acicate para el resto de los españoles. Demostré que se podía.
P. Llegó como favorito y no defraudó.
R. Había sido campeón del mundo el año anterior y realicé una preparación exhaustiva. Sabía que era vital estar concentrado. Intenté aislarme.
P. ¿Le sirvió Seúl 88 para adquirir la experiencia necesaria?
R. Tenía 18 años y me cogió de improviso. Era un chaval y estaba ennortado. ¡Caminaba por ahí y me encontraba a Sabonis! Había mucho jaleo.
P. Además, era prácticamente un novato en pista.
R. Yo corría en ruta, en un equipo vasco, pero sufrí tres caídas en tres semanas y me tuve que retirar. Regresé a mi pueblo sin ganas de nada y, de casualidad, probé en un velódromo que acababan de inaugurar. Se me dio bien y cada vez que hacía una prueba lograba el récord de España. Dos meses antes de Seúl, me cambió la vida. El seleccionador me vio y me incluyó en el equipo. Entonces no tenía técnica. Los compañeros me decían que parecía una lagartija.
P. Y cuatro años después disfrutó de unos Juegos enteros con una medalla en el cuello.
R. El día después de ganar tenía una prueba a las nueve de la mañana. Entre la entrega de medallas y atender a la prensa llegué a la Villa a las cinco de la mañana. Fui a correr sin dormir y logré un diploma olímpico. Luego, tuve un bonito recibimiento en Chiclana. Al no participar en la apertura, regresé a Barcelona para la clausura y fue increíble. Montamos una fiesta enorme en el desfile.
P. ¿A qué se ha dedicado después de retirarse?
R. Monté una empresa de gestión deportiva. Entre otras cosas, hago piscinas. Me va muy bien, ya tengo 300 empleados.
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