Diez detenidos en la incautación de 250 kilos de cocaína en el puerto de Valencia

La policía nacional llevaba meses esperando la entrada en el puerto de Valencia de un contenedor cargado con maderas procedentes de Bolivia. Debían ser listones para parqué y resultaron tablones irregulares de pésima calidad que escondían con precisión 120 kilos de cocaína. La operación de intervención se realizó el miércoles, dirigida por el fiscal antidroga de Valencia Luis Sanz, al igual que la que se realizaría sólo 12 horas después en el mismo sitio y que se resolvería con la incautación de otros 130 kilos escondidos en muebles. En total, hay diez detenidos en estas dos operaciones.

El contenedor de maderas lo esperaba un austríaco que vivió muchos años en Bolivia y que abandonó aquel país para establecer su "negocio de parqué" en España. Localizar el contenedor no fue difícil, pero encontrar la droga, sí. De los 4.000 tablones de madera, sólo cerca de una treintena venían cargados con cocaína. El escáner grande de aduanas no la detectó. Convencidos de que el alijo se encontraba entre las tablas, una a una, durante casi diez horas, pasaron por el escáner pequeño. Todo ello con la ayuda de uno de los mejores perros dedicados a detectar la sustancia estupefaciente.

El escáner y el perro señalaban listones de madera que en apariencia no habían sufrido ninguna manipulación, ningún corte para introducir la cocaína. La policía desmontó con cuidado las maderas sospechosas y descubrió que se había hecho con ellas un auténtico trabajo de artesanía. Las maderas, de escaso grosor, habían sido abiertas y en su interior se habían habilitado pequeños compartimentos en los que se habían colocado bolsitas con la cocaína.