Cuatro horas con Isabel I

Fue una de las reinas más enigmáticas de Inglaterra. Isabel I (1533-1603) era hija de Enrique VIII y Ana Bolena, que murió decapitada cuando la princesa tenía tan sólo dos años. Desde muy joven y hasta su muerte tuvo que demostrar a sus súbditos que era capaz de gobernar con firmeza en un mundo de hombres.

Cuatro estrena hoy el doble capítulo de la miniserie Elizabeth I (15.40), una producción de HBO y Channel 4 ganadora de nueve emmys, que cuenta en su reparto con Helen Mirren, que logró el Oscar por su papel en The Queen, y Jeremy Irons, que también recibió la estatuilla por El misterio von Bulow. Ambos fueron galardonados además en 2006 con dos premios Emmy por su participación en Elizabeth I, como mejor protagonista femenina y mejor actor secundario.

Rodada en su mayor parte en Lituania, reconstruye en cuatro horas con gran rigor la corte isabelina del XVI, y explora en la vida pública y privada de la que pasaría a la historia con el sobrenombre de Reina Virgen, por su decisión de no casarse para no tener que ceder parte de su poder al rey consorte. Aunque la reina no quiso desposarse, haciendo perder la paciencia a sus consejeros, eso no quiere decir que fuera célibe. Primero mantuvo una relación profunda y apasionada con Robert Duley (Jeremy Irons), primer conde de Leicester, y después con el joven y ambicioso Robert Devereux (Hugh Dancy), conde de Essex, que irónicamente había sido criado por Duley, su padrastro.

La superproducción refleja a una soberana famosa por su carácter frío, férreo y compulsivo, pero muestra también su lado más vulnerable, inestable y caprichoso. Elizabeth I repasa con fidelidad los sucesos históricos de su reinado: la condena a muerte de su prima María Estuardo, reina de Escocia, el apoyo a la causa protestante, la derrota de la Armada Invencible en su guerra con España, y los frecuentes encontronazos con el Parlamento inglés.