Ricky pone la quinta

Despacito y sin deslumbrar, asentada en su poderío y en el muelle de un sistema de competición que hace relativa una derrota a estas alturas, la selección española va despejando su camino en un desafío que se presume mucho más exigente la próxima semana, cuando empiecen los cuartos de final. Mañana sábado (16.15 hora española) se las verá con Estados Unidos, pero el partido, aunque en él se ventile el primer puesto del grupo, se presume más mediático que vital. Alemania le duró a España medio tiempo. Lo que tardó en aparecer en pista Ricky Rubio y despertar a un equipo que tardó en cogerle el tranquillo y sacar alguna chispa de su juego.

Decididamente los jugadores de Aíto son tan superiores a sus rivales que les van saliendo al paso, que los despachan con algún acelerón pasajero, aunque el día de China estuviera a punto de costarles un disgusto. No arrolla la selección como en los partidos de preparación, ni como en los del Mundial de 2006, ni como en algunos del Eurobasket del año pasado. Alemania, dejada de la mano de un Nowitzki desconocido y muy bien defendido por Garbajosa y Felipe Reyes, le dio mucha guerra durante el primer tiempo. Pero apareció Ricky, se puso manos a la obra Pau Gasol, emergió un Mumbrú en vena de aciertos y a los alemanes se les acabó la resistencia.

El partido de mañana ante Estados Unidos se prevé más mediático que vital

El equipo español sólo percute cuando marca el ritmo de juego y Pau Gasol exhibe su pegada. No sucedió en los primeros 12 minutos (14-22 para Alemania), en los que su ataque, previsible y aturullado, rozó el desastre, con porcentajes en torno a un ridículo 21% de acierto en el tiro (4 canastas en sus 19 primeros lanzamientos). Con el aviso dado por China dos días antes en el subconsciente, el equipo reaccionó. Pau, que se quedó a cero en el primer cuarto, volvió demoledor y el partido se igualó. El primer minuto y medio tras el descanso zanjó la cuestión con un parcial de 11-0.

Puede sonar reiterativo pero es lo que hay: Ricky, pese a sus lagunas en el tiro, revolucionó al equipo con 7 puntos, dos robos de balón, 2 asistencias y un rebote concentrados en seis minutos. La subida de revoluciones del juego la agradecieron algunos, especialmente Garbajosa, que anotó dos triples y paró a Nowitzki. Una noticia excelente para el equipo. Garbo, tras casi un año de inactividad por lesión y sólo algunos partidos de rodaje, cabalga de nuevo. No pudo jugar Jiménez, lesionado, pero Mumbrú le enmendó la plana tanto a él como a Rudy, que no tuvo su día, negado en el tiro. Neutralizado Nowitzki, que falló 10 de sus 15 tiros, los alemanes sucumbieron sin explotar su póker de gigantes. Con cuatro jugadores por encima de los 2,13 metros, incluido el pívot de los Clippers, Chris Kaman, buen reboteador (10 capturas) pero con mano de piedra (3 canastas en 8 lanzamientos), perdieron la batalla del rebote: 41-30. Sin esa baza y con Nowitzki bajo el control de la defensa española, no tuvieron mucho más que decir.

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