En plena progresión
En estos primeros días de competición hemos podido vivir un poco de todo. Con las chicas, el primer día nos quedó un mal sabor de boca, pero la situación ha cambiado y mucho. Las féminas han cogido ritmo de competición y su integración en los Juegos ha ido de menos a más. En el debut ante China las imprecisiones fueron las causantes de la primera derrota, transmitiendo sensaciones a las que no nos tiene acostumbrado este equipo. El de Nueva Zelanda era el partido perfecto para que España se reencontrara con su juego. Así fue. Ganó con solvencia a una de las selecciones más débiles del torneo. Pero, sin duda, el partido clave de esta fase era contra las checas. Había mucho en juego, las españolas eran conscientes de ello y lo solventaron de la mejor manera posible. Victoria aplastante, por 19 puntos, que abría las puertas a los cuartos de final. Hoy (a las 14.00, hora española) afrontan el cuarto partido ante EE UU con tranquilidad y sabiendo que el camino a cuartos está, prácticamente, hecho. Las americanas han desplegado un juego muy dinámico y todas sus jugadoras cuentan con una calidad envidiable. Lo tienen todo para ganar el oro, y muy raro sería que no lo hicieran. Jugar contra ellas supone una motivación extra. No es un partido cualquiera. Lo sé muy bien porque he tenido la ocasión de enfrentarme a figuras de la talla de Lisa Leslie o de la nueva sensación del baloncesto femenino, Candace Parker, ambas pertenecientes a Los Ángeles Sparks, equipo en el que tuve la ocasión de jugar en 2007.
Dicen que hay gente capaz de dosificarse, mantener la calma y, cuando lo necesita, sacar lo mejor de sí para llevarse su objetivo. Esto lo ha demostrado España, y su líder, Pau Gasol. En un partido en el que China los tuvo contra las cuerdas, sólo un equipo superior, como el español, es capaz de poner una marcha más y alcanzar su objetivo. Yao Ming ha sufrido como nadie desde el primer partido contra Estados Unidos. Estos juegos suponen algo muy personal para él. Su actitud es de aplaudir y todos deben tomar ejemplo. Pero a la vez es un problema porque él y sus compañeros están tocando techo. En cambio, el equipo español ha demostrado que sus límites sólo se los pone él mismo, todo un privilegio.
Todos pensamos en los americanos. El sábado no habrá minutos de relajación. Sólo queda una duda. ¿Mostrará Aíto todas sus cartas? El torneo es muy largo y ojalá nos los volvamos a encontrar en la lucha por el oro.
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