Un hombre mata a otro porque creyó que le había rayado el coche
El agresor dejó a la víctima agonizando en el suelo
Alejandro Monerri García, relojero, de 42 años, había salido a comprar el pan. F. O. S., conocido como El Tronco, de 20 años, había descubierto un arañazo en un lateral de su coche y buscaba, irritado, al culpable en la urbanización Isla Grosa, en La Manga (Murcia). A la una de la tarde del pasado lunes, creyó que lo había encontrado.
"El chico le gritó: 'Me has rayado el coche' y Alejandro le contestó que no era verdad. Entonces empezó a pegarle. Lo derribó de un puñetazo y una vez en el suelo, le machacó la cabeza a golpes", explicó una tía de la víctima, Amparo, ayer, tras el funeral celebrado por su sobrino.
"El vehículo ni siquiera era suyo", asegura un hermano del fallecido
Alejandro Monerri no se recuperó de las heridas causadas por la paliza. Su agresor se enteró un día después del fallecimiento, porque tras golpearle brutalmente, se marchó, dejando sangrando en el suelo al hombre que creía que le había rayado el coche. El vehículo que el presunto homicida creía que había golpeado al suyo ni siquiera era de la víctima, según declaró uno de sus hermanos, Jesús Monerri, tras el funeral de ayer.
Fue un niño de la urbanización que vio los hechos el que avisó a su padre de lo sucedido una vez que el agresor se había dado a la fuga. Alejandro Monerri fue trasladado en helicóptero al hospital Virgen de la Arrixaca, de Murcia, pero los médicos no pudieron evitar que finalmente entrase en coma y muriese.
F. O. S., apodado El Tronco por su corpulencia, según la familia de la víctima, se entregó el martes a la Guardia Civil de Cabo de Palos por consejo de su abogado. A las 17.00, la Guardia Civil le leía de nuevo sus derechos al agresor, detenido no ya por un delito de lesiones, sino por homicidio. El joven vive en Madrid y estaba en La Manga de vacaciones, según la familia del fallecido.
F. O. S. confesó haber golpeado a la víctima, pero mantiene que le empujó, enfadado porque le hubiera rayado el coche, y que éste cayó y se golpeó en la cabeza, según fuentes del instituto armado.
La familia de Monerri asegura que Alejandro fue abordado por sorpresa y golpeado salvajemente una vez en el suelo, como demuestra la gravedad de la lesión en la cabeza y los múltiples cardenales que presentaba en todo el cuerpo.
Juan José Monerri declaró que los médicos del hospital que atendieron a su hermano le explicaron que tenía politraumatismo craneal.
La familia no acaba de comprender lo sucedido: "Se argumenta, se discute, se saca un seguro del coche y ahí se queda todo. No es normal masacrarle el cráneo contra una escalera, dejar el cadáver derramando sangre y darse a la fuga. Eso ya lo dice todo", afirmó Juan José Monerri sobre el agresor, al que describió como "un matón, un loco de las artes marciales", en declaraciones al diario La Verdad.
El delegado de Gobierno en Murcia, Rafael González Tovar, aseguró ayer que el presunto homicida ya ha pasado a disposición judicial y que los forenses investigan las causas de la muerte y las lesiones que la provocaron.
Alejandro Monerri estaba casado, tenía dos hijos pequeños y trabajaba en una relojería en el barrio de San Andrés de La Manga.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.