Uno de los criminales más buscados de la Camorra, detenido en Girona
Patrizio Bosti tiene que cumplir 23 años de prisión en Italia por homicidio
Patrizio Bosti, de 49 años, llevaba en los bolsillos 48 billetes de 500 euros y tenía un coche Audi R8, valorado en 110.000 euros, cuando fue arrestado el sábado por la noche en la terraza del restaurante marisquería Xacó en Platja d'Aro (Girona). "Era un cliente habitual de este verano, había venido ya unas tres veces y era una persona muy correcta", dijo la propietaria del restaurante.
"Lo habéis hecho muy bien", dijo el líder mafioso a los agentes El 'capo' llevaba encima 48 billetes de 500 euros cuando fue arrestado
Hace cinco años, el Ministerio del Interior italiano apuntó su nombre en la lista de los 30 criminales más buscados del país. Jefe de un clan de la Camorra, la mafia napolitana, Patrizio Bosti es responsable de un doble homicidio en 1984. En Italia, le espera una condena a 23 años de cárcel.
Los carabinieri (la policía militarizada italiana) seguían los pasos de Bosti desde 2003. Después del arresto de su cuñado, Edoardo Contini, en 2007, el círculo de las investigaciones se fue cerrando cada vez más alrededor de su escondite catalán. Ambos eran miembros destacados del clan Contini, uno de los más temidos de Nápoles.
Según señalaron ayer los carabinieri, Bosti era el último referente de la llamada Alianza de Secondigliano (por el nombre de un barrio napolitano controlado por la Camorra), entre tres distintas familias mafiosas: los Contini, los Licciardi y los Mallardo. Entre las tres, controlaban la venta de drogas y las extorsiones en tres partes de la ciudad de Nápoles.
La Alianza se había creado para arrebatar, en los años 80, el control de negocios criminales a otros clanes históricos de la ciudad, como el de los Mazzarella, y provocó una de las más largas y cruentas guerras mafiosas. Fue en esta época cuando Bosti mató a los hermanos Giglio (aliados a los Mazzarella). Por este delito fue condenado a 23 años de cárcel.
Patrizio Bosti se escondía, desde hace cinco años, y rodeado de lujo, en España, desde dónde seguía controlando sus negocios criminales. Vivía en una residencia con piscina. Según los investigadores italianos, es justo en España donde el tráfico controlado por el clan de Bosti y el cartel de Secondigliano da actualmente sus mejores frutos.
Según los primeros datos, cuando los carabinieri de Nápoles y la Guardia Civil española han hecho irrupción en el restaurante, Bosti no tenía armas y no se opuso a su arresto. Sentados con él en la mesa estaban unas 15 personas, italianas y españolas. Al ver a los carabinieri, Bosti, sorprendido, dijo "siete stati bravi" ("habéis estado muy bien").
La Guardia Civil sólo le detuvo a él tras comprobar su identidad. "Era un momento en el que había mucha faena tanto dentro como fuera del restaurante y casi no nos enteramos de lo que sucedió", dijo la dueña del establecimiento.
Bosti, fue trasladado ayer por la tarde a Madrid y hoy está previsto que declare ante la Audiencia Nacional, que tramitará su extradición en cumplimiento de una euroorden por homicidio cursada por Italia.
Patrizio Bosti se había instalado en la Costa Brava acompañado de un clan mafioso. Viajaba con absoluta tranquilidad, pese a que la policía le seguía los pasos. Según fuentes de la Guardia Civil, Bosti se desplazó en avión desde Nápoles hacia Barcelona a finales del pasado mes de julio.
La policía italiana informó al cuerpo armado español de que Bosti iba a volar a Barcelona a finales de julio acompañado por un grupo de miembros de su círculo más cercano. Y se puso en marcha un dispositivo para localizarlo y detenerlo. Los agentes hicieron un seguimiento tanto de Bosti como del grupo que le acompañaba hasta que la noche del pasado sábado pudieron pillarlo en el restaurante.
Franco Roberti, coordinador de la Dirección Distrectual Antimafia (Dda) de Nápoles dijo que se trata de un logro "importantísimo" porque, "con esta operación brillante de los carabinieri y la policía española, la Alianza de Secondigliano ha sido decapitada". De hecho, después de las detenciones de Edoardo Contini, Vincenzo Licciardi, Francesco Mallardo y ayer, de Patricio Bosti, el cartel se queda sin jefes. "Se trata de un gran paso adelante", explicó Roberti, quien recordó también la importancia de la colaboración internacional en esta intervención: "Sin esta sinergia con la policía española no habría sido posible llevar al cabo este arresto. La colaboración internacional es fundamental y estratégica para la lucha contra la criminalidad organizada".
La detención de este delincuente ha sido parte de una de las muchas operaciones que llevan realizando en colaboración las autoridades españolas e italianas, ya que la costa mediterránea, especialmente Cataluña y Andalucía, es uno de los principales refugios de los mafiosos.
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