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Reportaje:PEKÍN 2008 | Baloncesto

Todo el mundo pregunta por Ricky

El base español, de 17 años, es centro de atención de estadounidenses, chinos y griegos

Robert Álvarez

Un estadounidense, un griego, un chino y un español. No es ningún chiste, sino las nacionalidades de los periodistas que preguntaron por Ricky Rubio en la multitudinaria rueda de prensa oficial tras el partido. Todos querían saber lo mismo. ¿Cómo lo lleva un chaval de 17 años como él, capaz de jugar como la seda y con la soltura de un veterano? El Dream Team estadounidense cerraba la jornada en el pabellón olímpico de Wukesong. Muchos periodistas americanos se acercaron a presenciar el partido de España a pesar de que empezaba ocho horas antes que el de Kobe Bryant y compañía. Sus miradas se fijaron sobre todo en Ricky y Rudy, que la próxima temporada jugará con los Portland Trail Blazers.

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El fenómeno adolescente lo lleva como si con él no fuera el asunto, con desparpajo, en la pista y fuera de ella: "No tengo ninguna presión por jugar contra Estados Unidos, primero pienso sólo en nuestro próximo rival que es China". "Debutar en unos Juegos Olímpicos y contra el subcampeón mundial ha sido emocionante. Con una palabra se define todo". Ni el menor asomo de duda, con aplomo, sin equivocarse una sola vez, Ricky contestó en castellano y en inglés. "¿Le ha escrito usted el guión?", le preguntaron en broma a Aíto una vez concluida la rueda de prensa. "No, ¡qué va!", respondía el hombre que, a sus 61 años, también se estrenó como seleccionador en competición oficial después de 35 años de carrera como entrenador. "No me sorprende que exista esta expectación en torno a él. Me satisfacen sus respuestas, pero no he tenido ninguna conversación con él sobre este tema. Atiende, entiende y asimila hasta el punto de que, a veces, no hace falta ni decirle nada porque él ya intuye lo que le vas a decir".

Aíto regresó a la Villa Olímpica satisfecho por la actuación de su equipo y con la intención de volver unas horas después para tomar nota del partido entre China y Estados Unidos, dos de los rivales de grupo del equipo español. "El 90% de mis sensaciones han sido muy buenas porque es muy difícil jugar el primer partido en unos Juegos, como ha demostrado la propia selección griega. Hemos salvado el partido con un sobresaliente", explicó. Quedaba por analizar el 10% insatisfactorio. "No tenemos que pensar en la globalidad del torneo. Por ejemplo, cuando hemos visto que ya estaba todo decidido, en los últimos cinco minutos, como si ya pensáramos en otro partido, hemos dejado de correr, de abrir líneas de pase", explicó.

El seleccionador alabó las instalaciones y las comodidades de las que gozan él y sus jugadores en la Villa Olímpica. Sin embargo, explicó que la movilidad les plantea una pequeña dificultad. Las medidas de seguridad y el transporte oficial les juegan a veces alguna mala pasada. Por ejemplo, días atrás algunos jugadores tuvieron que acudir a un compromiso con un patrocinador y, al regreso, el autobús les dejó en un punto que les obligó a caminar durante 45 minutos hasta la Villa Olímpica. "Ahora espero que podamos disponer de más tiempo para poder encontrar la mejor forma de movernos y salir a la ciudad. Los jugadores deben estar siempre en la Villa pensando sólo en baloncesto". Otro pequeño inconveniente es el horario. El próximo jueves, España disputará su tercer partido ante Alemania a las nueve de la mañana, hora de China (03.00 en España). "Me parece que será la primera vez que juego un partido a esa hora. Los biorritmos no son los mejores y no puedes adaptar totalmente las necesidades del jugador a ese horario porque es imposible", explicó Aíto, que se fue más contento que unas pascuas.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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