Cofre de joyas frescas
Si algo hace que Dénia sea especial para mí es, sin lugar a dudas, su ecosistema culinario. Un pilar fundamental en mi cocina en El Poblet: la tierra, el mar, el Montgó, la huerta... Las gambas, que se han convertido, sin tapujos, en el producto emblemático de este pueblo mágico. Pero la lonja de pescadores de Dénia es en sí misma un cofre de joyas que llegan frescas cada día. Éstas, simplemente cocidas en agua de mar durante pocos minutos (tres si son de unos 50 gramos), sin ebullición, y enfriada la misma agua, pero helada, nos permiten degustar uno de los manjares más importantes del mundo.
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