Paul Newman quiere morir rodeado de los suyos
La noticia de que a Paul Newman se le había detectado un cáncer de pulmón caía como una losa, el pasado enero, entre la legión de admiradores de este actor, director, productor y, ante todo, leyenda del cine. Medios próximos a la familia confirmaban este fin de semana que la salud del artista estadounidense no ha respondido al tratamiento de quimioterapia y que los médicos le han dado una esperanza de vida de semanas.
"Paul no quiere morir en la frialdad de un hospital", manifestaban las fuentes al diario británico Daily Mail, al confirmar que una de las mayores estrellas del celuloide ha decidido pasar sus últimos días en el hogar que comparte con su esposa, la también inmensa actriz Joanne Woodward. Newman sólo permitió que su portavoz confirmara su enfermedad a raíz de la difusión de unas fotografías que mostraban un físico demacrado. Ingresó en un hospital de Nueva York y se dispone a abandonarlo con la misma discreción que ha marcado la singladura privada de un personaje que supo aunar belleza, talento e inteligencia como nadie.
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