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Crónica:PEKÍN 2008 | Esgrima
Crónica
Texto informativo con interpretación

Cuando el dolor puede esperar

El médico oficial retira a la sablista Araceli Navarro, que quería competir con el hombro dislocado

José Sámano

"El dolor era insoportable; pero yo sólo quería que me colocaran el hombro y seguir el combate". Araceli Navarro, una sablista madrileña que ayer cumplió 19 años, lloraba sin sosiego, desplomada sobre la peana. Sin consuelo, pedía a gritos al médico que vela por los esgrimistas españoles. Se anticipó el galeno oficial de la competición, cuyo diagnóstico agudizó la frustración de Araceli. Su doctor le hubiera encajado el maltrecho hombro izquierdo, como ya lo hecho otras veces desde que se lo lastimara hace cuatro meses. El galeno oficial lo impidió. Su diagnóstico fue concluyente: Araceli debía ser trasladada de inmediato al hospital.

El público chino, que vivió con angustia sus cinco minutos de lamentos, le dedicó una gran ovación antes de recibir el auxilio de una ambulancia. Ya en la consulta médica, tras las oportunas radiografías, le inmovilizaron el hombro y se fue de regreso a la Villa Olímpica, donde permanecerá hasta el día 21, fecha en la que regresará a España junto a los cuatro mosqueteros del equipo español, que aún no han competido. Antes de regresar a Madrid, Araceli confía en tener ya cita para pasar por el quirófano, lo que ya tenía decidido antes de los Juegos. Si aparcó la cirugía fue por la cita olímpica, su sueño, el reto que le hizo aparcar sus estudios de bachillerato durante el último curso. "Sabía que me podía ocurrir lo que ha pasado, pero en los últimos tiempos, con ejercicios de fortalecimiento y una hombrera especial, no me había encontrado mal", sostenía ayer Araceli, aún con la voz entrecortada ocho horas después de su accidentado inicio de cumpleaños. "Es una pena, es una pena", repetía sin cesar.

El público le dedicó una ovación antes de la llegada de una ambulancia

La mañana no había comenzado mal. La madrileña había derrotado a primera hora a la mexicana Angélica Larios (15-4). La segunda ronda le ponía al pie del Himalaya, frente a la estadounidense Rebecca Ward, dos veces campeona del mundo y finalmente medalla de bronce. En plena remontada, con 7-12 en contra pero tres tocados consecutivos, el hombro izquierdo se dislocó de nuevo en una maniobra de ataque. Araceli se sentía en alza: "No sé si hubiera ganado, yo me veía con opciones de ponérselo muy difícil porque le había pillado el truquillo". Eso hizo su compatriota Mariel Zagunis, que la derrotó en semifinales y acabó alcanzando el oro. Araceli no tuvo remedio. Por el retrovisor, años de preparación en el anonimato propio de un deporte sin grandes militancias en España, con entrenamientos diarios de cuatro horas. Para deportistas como ella, los Juegos son lo más cercano al paraíso, por efímero que resulte su tránsito. El dolor puede esperar. Pero hay formas y formas de perder. "Si la rival te supera, pues vale; abandonar por una lesión..., qué pena". Araceli es una joven "tímida, pero alegre", según su seleccionador, Ángel Fernández, que la define como una sablista "fuerte, agresiva, de mano rápida y muy competitiva". "Estaba muy disgustada, pero no hemos podido hacer nada; el médico es el que manda", subraya el técnico.

Ahora, con el brazo en cabestrillo, confía en que alguno de sus cuatro d'artagnanes -el espadista José Luis Abajo, los sablistas Jaime Martí y Jorge Pina y el floretista Javier Menéndez- alivie su dolor con una medalla. Su clasificación mundial les concede opciones, máxime en una disciplina tan impredecible, sin grandes dominadores. Algunos, como Martí, aprovechará bien su estancia en Pekín: "Estoy en la cola de la Villa para hacerme una foto con Rafa Nadal; desde luego, él y Gasol no se me escapan en el desfile de la ceremonia de apertura", decía el pasado martes. Menéndez intercedió a favor de los esgrimistas: "Nosotros tampoco somos moco de pavo".

Araceli Navarro, atentida por un médico de la prueba tras dislocarse un hombro.
Araceli Navarro, atentida por un médico de la prueba tras dislocarse un hombro.AFP

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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