España tiene su 'dream team'
Samuel Sánchez logra el primer éxito gracias al espíritu gremial de cuatro grandes estrellas: Contador, Freire, Sastre y Valverde
Por separado, dominan el ciclismo mundial. Como mosqueteros a favor de una causa común, son un ejército insuperable. La victoria de Samuel Sánchez en la Gran Muralla tuvo un trasfondo extraordinario. Por encima del oro de este ovetense de 30 años, el equipo español actuó con un sentido gremial encomiable. Fue un pelotón indisoluble, capaz de gobernar la carrera olímpica sin atender a los intereses particulares. No habría resultado extraño que cada cual se echara un vistazo al ombligo. A fin de cuentas, se trataba de una prueba que no reparte premios colectivos.
España ha logrado que cuatro grandes figuras, cinco ya, concilien de maravilla. Dos ganadores del Tour (Alberto Contador y Carlos Sastre), un triunfador en el Giro (Contador), un triple campeón del mundo (Óscar Freire) y un clasicómano de élite, ganador este año de la Dauphiné Libéré (Alejandro Valverde) como gregarios de Samuel Sánchez, un ciclista de relieve, pero el menos vigilado por los rivales, deslumbrados por la nómina española. Sastre controló la primera fuga. Freire y Contador remaron cuando fue necesario y claudicaron antes de tiempo, extenuados. Valverde hizo de señuelo en el tramo final para que Sánchez rematara la faena de forma espectacular con un esprint en alto frente a adversarios de enorme rango, como el italiano Davide Rebellin y el suizo Fabian Cancellara.
En la meta, todos los españoles se abrazaron. Ante la prensa, todos festejaron la victoria del compañero. Un dream team sin celos ni miradas retorcidas. Al frente, Paco Antequera, un seleccionador de perfil bajo, pero que cuenta con un museo del que pocos, muy pocos, pueden presumir: 12 medallas entre Mundiales y Juegos. La de ayer fue la primera de oro en una cita olímpica para el ciclismo español en la prueba en ruta, la 30ª en todos los deportes que consigue España, que está a tres metales del centenar. No tardarán en llegar.
La victoria de Samuel Sánchez prorroga el momento de éxtasis del deporte español, que ha encontrado en el ciclismo una veta inagotable. En plena decrepitud de ese deporte, siempre bajo sospecha y con una caída generalizada de popularidad, en España se reproducen las figuras y en todos los terrenos. No encuentran patrocinadores y, salvo el campeón de ayer (Euskaltel), todos han tenido que cruzar la frontera, donde muchas veces se cuestiona la pureza de sus triunfos. Pese a tantos recelos, han superado las adversidades y la extraordinaria victoria de ayer les revaloriza aún más como corredores y amplifica la hegemonía española, a dos pasos del Grand Slam si hay bingo en septiembre: la Vuelta a España y el Mundial de Varese.
El magnífico podio ciclista se anticipó apenas una hora a la irrupción de Michael Phelps en el Cubo del Agua, una instalación a la altura del hombre llamado a ser el héroe de los Juegos. En los 400 metros estilos, el estadounidense batió el récord olímpico sin nadie que le apremiara, señal de su divinidad. En la misma prueba, Mireia Belmonte rebajó el registro nacional, pero fue 14ª y no estará en la final, síntoma del retraso de la natación española. No obstante, fue una meritoria actuación para una nadadora de 17 años, recién acunada, más dotada para los 200 metros mientras no supere sus dificultades con la modalidad de espalda. A la espera de Belmonte, la natación aún desafina en El Dorado deportivo español, que hoy se extiende como nunca desde el Parque de los Príncipes hasta la Gran Muralla pasando por el Duomo de Milán.
Un oro histórico
- El ciclismo español completará el Grand Slam, si en septiembre gana la Vuelta y el Mundial de Varese, tras sus éxitos en el Tour y el Giro. El de ayer fue el primer oro olímpico en la prueba en ruta.
- España está a tres metales de alcanzar el centenar de medallas tras sumar ayer el 30º oro, el primero en una jornada inaugural.
- Michael Phelps debutó en el Cubo del Agua con un récord olímpico en los 400 metros estilos sin que nadie le apremiara. En la misma prueba, Mireia Belmonte rebajó el registro español, pero fue 14ª y no compitió en la final.
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