Wendo Kolosoy, músico congoleño
Su rumba mezclaba la música cubana, el tango y el chachachá
La música africana perdió el día 28 de julio a Wendo Kolosoy, uno de los máximos exponentes de la rumba congoleña, a los 83 años. Natural de Kinshasa, Kolosoy celebraba este año el sexagésimo aniversario de su primer gran éxito, Marie Louise, aunque le gustaba recordar que su carrera musical comenzó a los once años, cuando, huérfano de padre y madre, comenzó a cantar como "la única actividad que podía dar sentido a la vida". En 2002 había regresado a los estudios de grabación con un álbum, Amba, que obtuvo distribución internacional.
Hijo de un cazador y de una cantante de música tradicional, Wendo perdió a sus padres de niño y creció en casas de acogida de religiosos europeos. Se ganaba la vida reparando barquichuelas en el río Congo e incluso fue boxeador de 1941 a 1946. Aprendió por su cuenta a tocar percusiones, guitarras y teclados, y en 1948 asentó junto a Henri Bowane el concepto de rumba congoleña -influida por la música cubana, el tango o el chachachá- con la grabación de dos piezas quintaesenciales: Marie Louise y Albertina.
Aquel ritmo contagioso fue, en un primer momento, fuente de conflictos para su autor: Kolosoy sufrió varios meses de prisión porque las autoridades entendieron que esas canciones eran ofensivas "para las mujeres que no se visten bien o no saben cocinar". La medida resultó contraproducente, porque el arresto de Wendo contribuyó a popularizar sus grabaciones.
Su voz aguda se convirtió en un estandarte que muchos en Kinshasa o Leopoldville quisieron imitar. Congo vivía aún tiempos coloniales y los clubes cerraban a las nueve y media de la noche, pero los gendarmes dejaban a "Papa Wendo" que se explayase hasta bastante más tarde.
Por aquellos años, Kolosoy trabó amistad con Patrice Lumumba, el que sería en 1960 el primer mandatario de la recién nacida República Democrática del Congo. "Comíamos juntos, bebíamos juntos, éramos hermanos, durmió muchas veces en mi casa, pero yo nunca hablé de política", presumía. Kolosoy dejó de actuar en los años sesenta, pero en la última década se había reactivado el interés por su obra en su país y en los círculos de las músicas del mundo.
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