El secuestro del diablillo
El cine de género que huye de las coordenadas académicas para intentar establecer nuevos modos de acercamiento al terror siempre es bienvenido. Pero narrar un secuestro infantil con cierto poder de seducción para luego virar hacia el miedo más chabacano no es experimentar con los géneros, es meter en una coctelera dos tipos de película inconciliables y que el resultado no sea más que agua y aceite.
Es lo que ocurre con Hellion, el ángel caído, rutinario debut del estadounidense Stewart Hendler, al servicio de dos (medianas) estrellas televisivas: Josh Holloway, en un papel que parece una réplica de su torturado timador de Perdidos, y Sarah Wayne Callies, de Prison Break. Si el resultado de tal amalgama pudiese vislumbrarse por separado, todo lo relacionado con la personalidad de los criminales y el secuestro en sí se dejaría ver con cierta facilidad. No dejaría poso, pero tampoco molestaría. Sin embargo, introducir al niño de La profecía en una historia con el aire descorazonador y melancólico de Un plan sencillo (Sam Raimi, 1998) es un descomunal parche que acaba provocando más carcajadas que pesadumbre.
HELLION, EL ÁNGEL CAÍDO
Dirección: Stewart Hendler.
Intérpretes: Josh Holloway, Sarah Wayne Callies, Michael Rooker, Joel Edgerton. Género: thriller. Estados Unidos, 2007. Duración: 95 minutos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.