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El presidente apartado del Foro Ermua no reconoce su revocación

Ezkerra pinta un panorama caótico en la asociación

Pablo Ximénez de Sandoval

El movimiento cívico Foro Ermua, que surgió hace 10 años en el País Vasco para "denunciar el nacionalismo totalitario", vive un enfrentamiento público entre su virtual presidente, supuestamente depuesto, y el sector afín a la vicepresidenta, Inmaculada Castilla de Cortázar, que probablemente acabará en los tribunales y, en cualquier caso, está dejando tocada la imagen de la asociación.

El escritor Iñaki Ezkerra convocó a los medios ayer en Madrid para reforzar dos ideas. Una, que sigue siendo presidente del Foro Ermua porque la asamblea que supuestamente lo destituyó el pasado día 20 de julio era ilegal. Dos, que la asociación ha sido vampirizada por la Fundación Papeles de Ermua, que preside la vicepresidenta del Foro. Ezkerra la responsabilizó directamente de "descapitalizar" la asociación y de practicar una gestión opaca de los fondos. Aparte de una extensa relación de acusaciones y agravios, según Ezkerra, la razón última de la rebelión dirigida por Castilla contra él es su determinación de fiscalizar las cuentas y dar transparencia a la gestión.

Apoyo de Ibarrola

Le acompañó el abogado Juan Ramón Montero, quien explicó que la asamblea del pasado día 20 no respetó el procedimiento electoral según los estatutos. Para reforzar la segunda idea, Ezkerra tenía ayer junto a él a otro ex presidente del Foro, Ernesto Ladrón de Guevara, quien declaró que abandonó el puesto en 2002 exactamente por los mismos motivos. También distribuyó una carta de apoyo del artista Agustín Ibarrola, asumiendo su versión.

El abogado Fernando García-Capelo, secretario saliente y uno de los siete directivos que abandonaron a Ezkerra para promover la elección de una nueva junta, rechazó ayer todas las acusaciones y subrayó que los argumentos jurídicos de Ezkerra son "de parte". También destacó la soledad del presidente saliente y le atribuyó las mismas características ("caótico" y "personalista") que Ezkerra denuncia de la vicepresidenta Castilla.

Ambos sectores anuncian auditorías de las cuentas y posibles acciones legales que no se han concretado aún, aparte de la petición por parte de Ezkerra de medidas judiciales cautelares para anular los acuerdos de la última asamblea. El enfrentamiento deja al Foro Ermua en un limbo jurídico en el que no se sabe, hasta que lo decida un juez, quién tiene la autoridad para tomar decisiones en su nombre.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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