Marisa Merlini, actriz
Fue una de las grandes divas de la 'comedia a la italiana'
Marisa Merlini, una de las grandes divas de la comedia a la italiana, falleció en la noche del domingo en su casa de Roma a los 84 años, según dio a conocer ayer su familia. Con ella, desaparece la última de las actrices romanas de esta afortunada época del cine italiano. Entre sus películas más famosas figura Pan, amor y fantasía de Luigi Comencini, junto a Vittorio de Sica y Gina Lollobrigida.
"Romana de Roma", como se dice en argot para recalcar los orígenes de la ciudad eterna, Marisa Merlini tenía el cine como vocación y a él dedicó toda su vida literalmente: estuvo activa durante 70 años, y en 2005 actuó en su última película La segunda noche de bodas, de Pupi Avati, cuando ya tenía 80 años.
Bella, procaz, morena y de carácter fuerte, ya con 17 años tenía todas las cartas para triunfar en el cine. Hizo su debut así de joven en el teatro de revista con Primavera de mujeres. Tras un paso fugaz por la televisión, su belleza y su gran sentido del humor la impusieron, así como su amiga Anna Magnani, en más de 100 comedias populares. Sus primeras interpretaciones fueron junto al actor napolitano Totó, con quien rodó siete películas, algunas como Signori in carrozza (1951) de Luigi Zampa; Gli eroi della domenica (1953) de Mario Camerini; Porta un bacione a Firenze (1955) de Camillo Mastrocinque o Il Bigamo (1955) de Luciano Emme.
Entres sus mayores éxitos figuran Padri e figli (1957) de Mario Monicelli; Io, mammeta e tu (1958) de Carlo Ludovico Bragaglia; I mostri (1963) de Dino Risi; Oh, Serafina! (1968) de Alberto Lattuada. En 1957 ganó el premio Nastro d'Argento como mejor actriz por Tempo di villeggiatura, dirigida por Antonio Raccioppi, junto a Vittorio de Sica.
"Amaba mi cine y desde hace tiempo me pedía que trabajáramos junto. Fue maravilloso", recordó Pupi Avati, quien la dirigió en su última película, "con su gran experiencia, que atravesó casi un siglo de historia del cine, sabía estar en el plató con una competencia y un respeto de los papeles que hoy parecen casi de otros tiempos", dijo ayer el director. "A pesar de su edad", añadió Avati "tenía una memoria excepcional y un increíble patrimonio de anécdotas".
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