Via Stellae sigue creciendo

La tercera edición del fesival Via Stellae ha congregado en 19 días a 25.000 personas. Han sido 85 conciertos celebrados en Santiago y 35 ciudades y villas. Dato que para estas personas, como dice José Víctor Carou, su director artístico, no son lo más importante porque lo que permanece en la memoria son "las sensaciones vividas".

Su último concierto fue como una de esas grandes tormentas que suceden cuando en la atmósfera chocan dos grandes fuerzas eléctricas. En el Auditorio de Galicia se encontraron dos enormes fuerzas musicales, la violinista holandesa Janine Jansen y el director inglés Daniel Harding, que aportaron el gran voltaje de sus talentos musicales.

El director seguirá apostando por la especialización de este ciclo musical

La profunda emotividad del Concierto para violín de Tchaikovsky fue el elemento conductor necesario para que el concierto se grabara a fuego en la memoria de los aficionados. Los que quieran podrán evocarlo dentro de poco en disco que se grabó durante la actuación. El Concierto de Tchaikovski es seguramente uno de los más exigentes, pero eso se puede olvidar cuando lo toca Jansen. Posee una técnica perfecta y puede con lo que le echen. Aunque lo que realmente admira en ella es su expresión, del punto de fiereza en el moderato inicial a la intensa ternura de la canzonetta central. Harding y la Mahler Chamber Orchestra dieron el maridaje expresivo ideal.

Harding mostró su profundidad de concepto en el clima logrado en adagio y en el desarrollo de la fuga del allegro final del Divertimento de Béla Bartók, con un sonido hermoso y empastado. Las Danzas Eslavas de Dvorák fueron la fiesta del ritmo y el color orquestal, un final perfecto para un festival.

Via Stellae cerró así su edición más ambiciosa. Para Carou la especialización del festival es "la clave de su personalidad". Por eso, directores como Minkowski o Gardiner son ejes en la programación. Y el propio Harding, que empezó en la música barroca, "aporta a obras clásicas, románticas y posteriores, un concepto acorde con la línea del festival".

Las grabaciones han sido un capítulo importante con dos tipos. La Misa en si menor de Bach y el Concierto de Violín de Tchaikovsky, por sellos de gran prestigio internacional, "servirán de promoción de Galicia y del propio festival". Las de los conciertos de Monica Piccinini con Manuel Vilas; de Mercedes Hernández y Fernando Reyes y el de Marta Infante y A Nova Agrupación Ars Atlántica se justifican "por el interés suscitado" y "como producción completa para ofrecer a sellos que puedan comercializarlas".

Las salas se llenaron en conciertos gratuitos y en los de pago, "incluso todos los del Teatro principal y el concierto final en el Auditorio", dice Carou. "Más que el aforo en sí, hay que mirar la proporción de asistentes respecto al número de habitantes de la ciudad". El director resalta además los conciertos con visita guiada a monasterios, con "dos autobuses completamente llenos" y la sorpresa de encontrar allí "el doble de personas, que habían acudido por sus propios medios". La cuarta edición del festival "ya está muy adelantada", afirma Carou, quien trabaja pensando también en la de 2010, Ano Xacobeo: "Como ha de ser muy especial, hay que prepararla con especial cuidado".