El récord del Euríbor encarece las hipotecas 900 euros anuales
Los préstamos más caros en la historia del euro suponen otro golpe para la situación económica
Suma y sigue. Si el mes pasado el Euríbor alcanzó el máximo de su década de vida, el índice hipotecario ha vuelto a tocar techo en julio. Encaramado en las alturas del 5,39%, el repunte se debe a los problemas de liquidez, el aumento de los tipos de interés oficiales y el miedo de los bancos a prestarse dinero entre sí. Frente a estas tensiones de los mercados financieros, los que pagan el pato son las familias que el próximo mes tengan que renovar su hipoteca.
La cuota mensual de un préstamo medio -150.000 euros a pagar en 25 años con un diferencial del 0,5%- llegará hasta los 956 euros, 74 más que un año antes. Es decir, que la subida de julio costará a esa hipotética familia media 888 euros al año.
Y los que más van a sufrir son los que contrataron hipotecas a un plazo más largo, práctica que en los últimos años se hizo habitual por cortesía de la burbuja inmobiliaria y de unos precios de la vivienda por las nubes.
Por ejemplo, una persona que hubiera pedido en junio de 2005 un préstamo de 150.000 euros con la idea de devolverlo en los 50 años siguientes paga ahora un 71,6% más que entonces. O, lo que es lo mismo, la factura mensual ha pasado de 453 euros a 777. El motivo es que en los inicios de la vida del crédito se pagan sobre todo los intereses, mientras que el grueso del principal se amortiza más tarde.
Las hipotecas más caras desde el nacimiento el 1 de enero de 1999 del euro golpean a una economía en horas bajas. El vicepresidente Pedro Solbes mencionó el pasado jueves el repunte del Euríbor y el encarecimiento del petróleo como los dos factores decisivos que habían obligado al Gobierno a rebajar sus expectativas de crecimiento para la economía española.
Del 3,3% que Solbes estimó al presentar los Presupuestos para 2008 en septiembre del año pasado, el Gobierno ha pasado ahora a un raquítico 1,6%. Y las expectativas para 2009 son todavía peores: un incremento del PIB de tan sólo el 1%. El Euríbor en máximos no sólo perjudica a los que todos los meses pagan las letras del piso. Los préstamos al consumo también están ligados a este índice, así como los intereses que las empresas abonan a las entidades financieras por la deuda que han contraído.
Así, el Euríbor en máximos impacta en las inmobiliarias, que bastantes problemas acumulan ya, como una bofetada en las dos mejillas. Por una parte, encarece los préstamos multimillonarios en los que muchas de estas empresas se embarcaron en los años del boom del ladrillo. Y, por otra, aleja la posibilidad de vender pisos, ya que los potenciales compradores se echan atrás por el alto coste financiero de la deuda.
Más allá de la evolución de julio, los hipotecados se preguntan hasta dónde va a subir el Euríbor. Los expertos reconocen estar desconcertados ante la situación. Nunca antes el diferencial de este índice con los tipos oficiales -que el Banco Central Europeo (BCE) subió a principios de julio al 4,25%- había sido tan grande, por lo que, en teoría, el Euríbor debería reducirse hacia ese nivel. Pero las tensiones financieras -la falta de liquidez y la desconfianza en el sistema- empujan a los analistas a recomendar a los hipotecados que no echen las campanas al vuelo.
La previsión es que el Euríbor tienda a estabilizarse en los niveles actuales. "Va a ser difícil que baje en lo que queda de año", augura un economista. José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, pone el énfasis en el precio del petróleo y considera que mientras continúe desbocado -aunque en las últimas semanas ha caído a 120 dólares-barril-, la situación tiene poco arreglo.
Los riesgos inflacionistas estarán más presentes cuanto más caro esté el crudo. Y el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, ha asegurado que se mantendrá alerta. Paradójicamente, la subida de tipos del 3 de julio contribuyó a enfriar el Euríbor porque el mercado entendió que Trichet no iría más allá del 4,25%. Está por ver si esa insinuación bastará para frenar un índice que está en alturas nunca vistas.
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