_
_
_
_
Reportaje:'sticky fingers' | el tiovivo

"HAY QUE MATAR AL PADRE"

Jordi Soler

Hay imprudentes que con enorme ligereza, y pasando por alto la dimensión literal de la sentencia, recomiendan, se entiende que de manera metafórica: "Hay que matar al padre". El cantante Jim Morrison, por poner un ejemplo suficientemente manoseado, gritaba a todo pulmón, al final de The End, obra emblemática y terminal del grupo The Doors: "padre, quiero matarte", y después añadía una coda incestuosa, y lúbrica, dedicada a su madre; lo cual nos hace pensar que lo de Jimbo no era tanto metáfora, como la verbalización de una maniobra para quitar a su rival de en medio.

Entre la metáfora y la literalidad se mueven los hermanos Gallagher, artífices de la banda Oasis y grandes maestros del exceso verbal, moral y químico. Pongamos por caso esta reciente declaración de Noel, hermano mayor y guitarrista del grupo, dirigida a dos personas con las que por lo visto no simpatiza: "Espero que los dos pillen un sida y se mueran porque los odio". Las desavenencias entre los Gallagher y su padre no son ninguna metáfora, don Thomas, o Tommy como le llama su esposa Peggy, es un iracundo borrachín que los golpeaba cuando eran niños y que hizo de Noel un muchacho tartamudo y delincuente. En un periodo de libertad condicional Noel aprendió a tocar la guitarra, y así descubrió esa vocación musical que, con el tiempo, lo convertiría en un rutilante rockstar. No caigamos en la tentación de sacar moralejas facilonas y vayamos a otra ruidosa declaración que lo sitúa como un inglés poco dado a los nacionalismos: "somos un país de quejicas, gimoteamos por el clima, por los franceses o por fútbol; lo que deberían hacer todos es callarse la boca".

Los Gallagher sortearon los episodios negros de su infancia, y hoy llevan una vida desahogada, y con frecuencia desenfrenada; nunca habían vuelto a toparse con su padre hasta que en 1996, cuando ya eran muy famosos, un periódico inglés pagó a don Thomas, o Tommy, para que fuera a tocar a la suite que ocupaban sus hijos en un hotel; la idea era provocar el feliz reencuentro familiar y consignarlo en una noticia exclusiva. Noel abrió la puerta y, en cuanto vio al sonriente Tommy, soltó una de sus declaraciones: "Hasta donde sé, yo ya no tengo padre", y acto seguido se escabulló escaleras abajo. En cambio Liam, que probablemente había bebido más que su hermano, lo invitó a pasar, le hizo una revisión amarga y vociferante de su lamentable paternidad y finalmente amenazó con estrangularlo. Todo lo que quedó de aquello fue una frase de Tommy, como titular del día siguiente: "Pensé que Liam iba a matarme"; impecable contraparte, literal y metafórica, de "hay que matar al padre", esa imprudente recomendación.

Noel (con gafas) y Liam Gallagher, de Oasis.
Noel (con gafas) y Liam Gallagher, de Oasis.AFP

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_