Richard Cross, patrón del yate 'Fortuna'
Llevaba 36 años trabajando para el Rey
Don Juan Carlos perdió ayer a uno de sus más antiguos y cercanos colaboradores. Falleció Richard Cross, de 61 años, patrón del yate Fortuna que trabajaba para el Rey de España desde 1972. Cross murió en una clínica de Palma -donde vivía- a consecuencia de un cáncer, según comunicaron desde la Casa del Rey para señalar el pesar del monarca por la pérdida de una persona que estuvo en su entorno durante más de 35 años. Le definieron como un "hombre discreto y cercano".
Cross fue testigo de muchas secuencias privadas en alta mar del Rey con su familia y de las personalidades de Estado invitadas al yate, desde el presidente Clinton hasta Lady Di y el príncipe Carlos.
Richard Cross era angloespañol, nació en Reino Unido, pero optó por la nacionalidad española. Nunca quiso ser llamado capitán, para no ostentar en la nave un rango superior al monarca, quiso ser simplemente el patrón. Don Juan Carlos, al pilotar el Fortuna -casi un fórmula uno del mar-, siempre tenía a su lado a Cross, ingeniero mecánico experto en motores de aviación y marinos. El Rey encomendó a Cross el timón y la seguridad de sus navegaciones de ocio así como el control de la construcción de sus últimos yates privados, el segundo Fortuna -que fue un regalo del rey Fhad- y el tercero y actual, obsequio del Gobierno de Baleares y de un grupo de empresarios. Cross tuteló la ejecución en los astilleros de Michigan, Avilés y Cádiz. La noche del golpe de Estado de Tejero, el 23-F, que vivía en Asturias vigilando la reforma del anterior Fortuna, fue uno de los muchos allegados que llamó a La Zarzuela para ponerse a disposición del Rey. El Príncipe y las Infantas expresaron su pesar por la pérdida de alguien al que consideraban un amigo.
Richard Cross, en una de sus escasas manifestaciones, en 1988 declaró a EL PAÍS: "El Rey es un manitas en todo lo que hace relacionado con la mar. Es un navegante de mucha categoría. Desde luego, yo no le llego a los pies. El yate le relaja totalmente. Lo malo es que tiene demasiado trabajo y muy poco tiempo para disfrutarlo. Es el mejor jefe que he podido tener. Preferiría seguir siempre con él, aunque perdiera mucho dinero".
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