El estigma español
Moisés Dueñas es el segundo positivo por EPO en la prueba tras el de Manuel Beltrán - La policía halla sustancias prohibidas en su habitación - El ciclista fue detenido y expulsado de la carrera
El día de descanso, Carlos Sastre se lamentaba ante los periodistas españoles del poco caso que se hacía a Moisés Dueñas. "Ahí está, haciendo un gran Tour, y nadie habla de él", dijo el ciclista abulense sin sospechar que 24 horas después todo el mundo en el Tour iba a pasarse el día hablando del escalador salmantino, aunque, desgraciadamente, no de la mejor manera. "Idiota", es el apelativo más suave que se oyó en el pelotón dirigido a Dueñas cuando se conoció, a eso de las 10 de la mañana, que había resultado positivo por EPO. El añadido "estúpido" llegó pocas horas después, cuando un comunicado de su equipo, el Barloworld, informó de que en el pertinente registro efectuado en su habitación por la policía se hallaron sustancias prohibidas. A esa hora, Dueñas ya estaba declarando en la comisaría de Tarbes. Ayer por la tarde la policía tenía previsto trasladarle hoy ante el juez que deberá decidir sobre su futuro. El consumo y la posesión de sustancias dopantes está perseguido en Francia por una ley que prevé penas máximas de cinco años de cárcel y 75.000 euros de multa.
"Es un idiota. España no ha entendido el mensaje", dijo el presidente de la UCI
El ciclista de Béjar ganó el Tour del Porvenir hace dos años
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Como es preceptivo según el contrato firmado entre el equipo y el Tour, al ser informado del positivo el Barloworld expulsó de la carrera al escalador de Béjar, de 27 años, quien estaba mostrando un gran nivel en su tercer Tour: Dueñas había estado a la altura de los mejores en dos de las etapas más duras, la de Super Besse y la de Hautacam, y marchaba 19º en la general a poco más de 6m de Evans. Sin embargo, el positivo llegó en el control efectuado tras la cuarta etapa, la contrarreloj de Cholet. Si el contraanálisis confirma el positivo, será expulsado del equipo, que le reclamará daños y perjuicios.
Es el segundo positivo, ambos por EPO, en el presente Tour tras el de Manuel Beltrán, otro ciclista español, lo que hizo que ayer reviviera en el Tour el viejo estigma de la permisividad del deporte español con el dopaje, una llaga en la que ahondó con fruición desde Suiza el propio presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), Pat McQuaid.
"Mi primera reacción es de cabreo", dijo McQuaid. "Dueñas es un idiota y es interesante ver que es el segundo español. España, está claro, no ha entendido el mensaje". Sin embargo, ni Pierre Bordry, presidente de la Agencia Francesa Antidopaje, el organismo que dirige los controles del Tour, ni Mario Zorzoli, el médico que dirige el pasaporte biológico de la UCI, pudieron confirmar con datos las afirmaciones de McQuaid. "No, no tengo datos para decir que los ciclistas españoles presenten parámetros más preocupantes que los de otros países", dijo Zorzoli. McQuaid, de todas maneras, tiene motivos para no ser objetivo en sus apreciaciones, ya que está empeñado en una batalla personal para lograr que el Tribunal Arbitral del Deporte juzgue a Alejandro Valverde por su presunta implicación en la Operación Puerto, y no pierde ocasión para acusar al Gobierno español de proteger al murciano.
En el estigma español -materializado en la sala de prensa en el agobio con el que los enviados especiales de todos los países acosan a sus colegas españoles preguntándoles una y otra vez si también en esto España es diferente- no quieren creer, sin embargo los máximos dirigentes del Tour. "Estas noticias son lo mejor para devolver la credibilidad al ciclismo", dijo Christian Prudhomme, director del Tour, quien negó que poseyera datos que le hicieran sospechar de una genuina maldad española. "Lo que más me preocupa es que haya sido un ciclista joven", añadió Patrice Clerc, presidente de ASO, la empresa organizadora. "Beltrán ya era un caso perdido, pero éste... Un ganador del Tour del Porvenir de hace dos años...". De todas maneras, Prudhomme y Clerc, tienen motivos para ser prudentes a la hora de hablar del ciclismo español, dado que su empresa acaba de comprar el 49% de la Vuelta a España.
Más claro hablaron algunos ciclistas, como Florent Brad, un ex campeón de Francia que ha corrido en el equipo español del Caisse d'Épargne. "Ya estoy viendo a mis colegas franceses señalando con el dedo a los españoles", dijo Brand. "Siempre ha sido así, se han encerrado en sus miserias y siempre se han consolado pensando que los españoles ganaban más por tramposos. Pero es un problema francés, no español". Tal constatación no bastó para apaciguar a Iván Gutiérrez, el ciclista cántabro que estaba que echaba humo. "Es una estupidez tal...", dijo. "Y el problema es que luego lo aprovecharán otros para poner en entredicho las victorias de todos los españoles, incluidas las mías".
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