Unió da calabazas a Mas y avisa que nunca se fusionará con Convergència
Los democristianos se presentan como garantes de la moderación en CiU
Josep Maria Pelegrí, secretario general de Unió Democràtica (UDC), procuró ayer expresarse del modo más respetuoso posible cuando tuvo que rechazar la oferta de fusión lanzada por sus socios de Convergència Democràtica (CDC) en su congreso del fin de semana.
Moderado, pero contundente, afirmó: "Unió no ha engañado a nadie y siempre hemos dicho lo mismo. Nosotros no queremos perder ni nuestra identidad ni nuestra centralidad política. Defendemos y respetamos la pluralidad política de Cataluña. Ahora al igual que en 1931, cuando se fundó este partido". La misma respuesta que tanto Pelegrí como Josep Antoni Duran, líder de Unió, han repetido cada vez -y no son pocas- que Convergència se ha hecho el propósito de oficializar la boda entre ambos partidos.
La respuesta de Pelegrí acuñaba dos negativas: la primera, a la fusión; la segunda, a incorporar a Unió en el proyecto del líder convergente, Artur Mas, de la Casa Grande del Catalanismo con el que pretende ampliar la base electoral del partido. "Nosotros participamos en un proyecto que es CiU", advirtió.
Los democristianos creen que la deriva soberanista de sus socios es imparable y que se ha acentuado en este último congreso. Y lo que es peor: Convergència se demuestra incapaz de frenar este debate y primar el eminentemente programático. En este sentido, Pelegrí proclamó: "Más allá de la soberanía hay vida". Y de refilón recordó que ahora mismo lo que preocupa a la sociedad es la acuciante crisis económica, asunto que no despertó ni el más mínimo debate ni la más mínima propuesta en el cónclave de CDC.
Los democristianos están dispuestos, como máximo, a revisar los mecanismos de federación con sus aliados. Pero a nada más. Ayer Pelegrí informó de que a partir de septiembre -cuando Duran se incorpore a la actividad política- Unió decidirá si acepta celebrar, como exige Convergència, una conferencia municipal para modificar, entre otros aspectos, el sistema de confección de las candidaturas locales. Entonces también se verá si acceden a aprobar en su congreso de octubre una recíproca moción de "lealtad", como han suscrito los convergentes este fin de semana. "Dicen que a partir de ahora van a ser leales con Unió. Algo hemos ganado", comentó con sorna un dirigente democristiano.
Artur Mas se las apañó para salir airoso ante la negativa de Unió, sobre todo porque la pasada semana afirmó que la demanda de fusión desaparecería de las ponencias. "CDC tiene derecho a situar cuál es su escenario ideal y óptimo de relación con Unió: la integración total en una sola formación. Pero es evidente que no lo podemos imponer". El líder de CDC, que ayer presidió la primera reunión de la nueva ejecutiva, señaló que en octubre el partido aprobará un documento resumen sobre los objetivos políticos que se decidieron en el congreso.
UDC ya pidió el Estado propio en 2000
Unió Democràtica de Catalunya (UDC), la formación que lidera Josep Antoni Duran Lleida, incluyó en su ponencia política, en el congreso de 2000, la reivindicación de un Estado propio para Cataluña. La declaración rezaba: "En el actual contexto, el concepto de libertad y soberanía no tiene otro significado que alcanzar las estructuras de estado para Cataluña, un Estado miembro de la Unión Europea". Además, el texto mencionaba también el derecho a decidir: "nuestro objetivo final es ejercer democráticamente nuestro derecho a la autodeterminación. Nos incumbe a los ciudadanos y ciudadanas de Cataluña, y sólo a nosotros, decidir cuál es el futuro de nuestro país"
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