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Entrevista:FRANCISCO LIÑARES | Presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil

"No soy partidario de que se construyan más embalses en los ríos"

Disgregada la Confederación Hidrográfica del Norte, al aún concejal de Urbanismo del ayuntamiento de Lugo, Francisco Fernández Liñares (Dumbría, 1950), le toca poner en marcha la nueva Confederación Hidrográfica del Miño-Sil. Ingeniero técnico y economista, deja atrás una dilatada trayectoria en el ámbito funcionarial y en la política local. Persona de máxima confianza del alcalde Xosé López Orozco, Liñares se marcha a Ourense para gestionar los recursos hídricos de las cuencas del Miño, Sil y Limia, con varios retos y un objetivo: concienciar de que el agua es un bien escaso.

Pregunta. Tras 9 años de gestión municipal, acaba fuera de la política local sin haber completado el último mandato.

"Se pactó la sede en Ourense y que el presidente fuera alguien de Lugo"
"Debemos tener conciencia de que el agua es escasa también en Galicia"
"Gobernar con el BNG es difícil, pero también que el BNG esté en la oposición"

Respuesta. Cuando me presenté a las elecciones municipales de esto no se sabía nada. En cierto modo, fue una sorpresa. Pero una sorpresa agradable y voy con mucha ilusión a este nuevo cargo. Le agradezco al partido y a la ministra Elena Espinosa la confianza.

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P. ¿Qué significa esta nueva tarea?

R. Es un reto más. Yo soy funcionario de lo que fue el ministerio de Agricultura, donde ostenté cargos de cierta responsabilidad. Es una alegría volver al mismo ministerio.

P. Será el primer presidente de esta nueva confederación.

R. Tiene sus ventajas y ciertos inconvenientes. El inconveniente es acertar en la puesta en marcha dimensionando bien recursos económicos y humanos, lo que requerirá cierto tiempo. Es un organismo con oficinas pequeñas (Porriño y Monforte de Lemos) y territoriales (Lugo, Ourense y Ponferrada), pero los servicios centrales están sin personal, porque no existían.

P. ¿Con cuánto personal contará la nueva Confederación?

R. Los servicios centrales irán con unas 70 personas, más la plantilla que hay en la actualidad. Unos 180 trabajadores.

P. ¿Cuáles serán los ámbitos de actuación?

R. La Confederación Miño-Sil coge una parte importante de la provincia de Lugo, toda la provincia de Ourense menos el valle de Verín, que es de la cuenca del Duero, 47 ayuntamientos de León, 3 de Zamora y medio ayuntamiento de Asturias.

P. ¿El Sil lleva el agua y el Miño la fama?

R. No tengo datos, pero sí es algo que se dice de toda la vida. En un futuro inmediato conoceré el caudal de cada uno.

P. El alcalde López Orozco luchó porque la ciudad fuera sede de la Confederación que finalmente se fue a Ourense. ¿A usted le habría gustado Lugo?

R. Es una contestación complicada y quisiera que los lucenses me entendieran. Hubo un pacto para establecer la sede en Ourense y que el presidente fuera de Lugo. Estoy de acuerdo con la sede en Ourense. Si tenemos en cuenta el territorio que abarca, el lugar más centrado es Ourense.

P. Además de los ríos, también les compete el control de los embalses.

R. La confederación tiene 3 embalses propios, dos en Ponferrada y otro en O Incio (Lugo). En otros 40 también tenemos competencias sobre regulación del caudal y desembalses. Muchos funcionan como concesión de industrias hidroeléctricas.

P. ¿Es partidario de más centrales hidroeléctricas?

R. Es un tema polémico y sensible. Yo, lógicamente, no tendría que decirlo, ya que forma parte de la política del gobierno, aunque personalmente no soy muy partidario de que construyan más embalses en los ríos.

P. ¿Objetivos inmediatos?

R. En Galicia siempre llovió abundantemente y no tenemos cultura de ahorro del agua. Debemos concienciar a los ciudadanos de que el agua en este país, a pesar de aparentemente ser abundante, es escasa. La irregularidad de las lluvias no garantiza que se repongan los acuíferos subterráneos como era costumbre. El cambio climático, del que tanto se habla, tiene mucho que ver con esta situación.

P. Este año hubo una situación de prealerta nada habitual.

R. No podemos olvidar que los últimos años son anómalos en cuestiones climáticas. En este puesto, asumiré el reto de la lucha por disminuir las emisiones de CO2 para regular el tema de aguas.

P. ¿Es un alivio dejar la delegación de Urbanismo en Lugo, especialmente complicada con el nuevo PXOM?

R. El PXOM nos llevó bastante tiempo pero está concluido, se ha remitido a las otras administraciones para los informes y tenemos un calendario: en octubre podría ir a pleno para una aprobación provisional y luego a la Xunta. Lugo necesita el plan, y PSOE y PP están en disposición de aprobarlo. Fueron 9 años de intenso trabajo, pero los ayuntamientos en general, y éste en particular, son agotadores pero ilusionantes.

P. ¿Por qué Lugo es especialmente agotador?

R. En este momento tenemos dos oposiciones, una por la derecha (PP) y otra por la izquierda (BNG). Tenemos una zona rural muy extensa, una dimensión que no tienen otras ciudades. Además, por la personalidad del alcalde, tenemos a la gente muy acostumbrada a tener acceso directo, que es bueno pero a veces amontona el trabajo. Esto no se da en otros ayuntamientos.

P. Fue responsable político de la Policía Local de Lugo y últimamente del urbanismo, el meollo de la polémica.

R. Son absolutamente distintas, pero ningún problema municipal era ajeno a mí aún siendo de otras delegaciones. En trabajo, la delegación de Economía fue la más cómoda. La policía siempre es una parcela especialmente polémica. En Galicia, con la policía, tenemos un problema debido a la aplicación de la Lei de Coordinación de las Policías Locales, que deriva en problemas en Narón, Ferrol, A Coruña, Lugo.

P. ¿Regresará a la política local?

R. Nunca me planteo nada, porque siempre estoy a disposición de lo que me encomienden.

P. Dicen que usted es más proclive al entendimiento con el BNG que el propio alcalde. ¿Fue un error no haber pactado o fue un imposible?

R. Tenemos datos e impresiones de que hubiera sido mejor pactar, pero tenemos otros que apuntan a que es mejor así. No teníamos ningún problema en pactar, pero el BNG tiene un modelo que se desmarca del nuestro. Orozco no tenía en cuenta mandar algo más o algo menos, sino la rotura del modelo tradicional. Gobernar con el Bloque es difícil, pero el BNG en la oposición también es difícil. Los gobiernos en mayoría dan estabilidad, pero también es duro que se rompan modelos organizativos socialmente muy asumidos.

Francisco Fernández Liñares, junto al río Miño en Lugo.
Francisco Fernández Liñares, junto al río Miño en Lugo.XOSÉ MARRA

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